El exvicepresidente de Argentina, Amado Boudou, fue condenado hoy a cinco años y 10 meses de prisión al ser considerado culpable de cohecho y negociaciones incompatibles con la función pública.
En un juicio inédito, ya que por primera vez en la historia argentina un exvicepresidente es condenado, un tribunal consideró ciertas las denuncias de que Boudou compró, a través de prestanombres, una empresa que obtuvo millonarios contratos por parte del Estado.
Además de la condena a prisión, los jueces inhabilitaron de manera perpetua a Boudou para ocupar cargos públicos, por lo que jamás podrá volver a ser funcionario, y le impusieron una multa de 90 mil pesos (un poco más de tres mil dólares).
En su declaración, antes de escuchar la sentencia, Boudou rechazó nuevamente todos los cargos y aseguró que el juicio en realidad era una revancha en contra de su gestión durante los gobiernos kirchneristas, encabezado por Cristina Fernández de Kirchner.
“No hace falta leer el libro de un periodista, hay que leer los expedientes, el periodismo tiene un rol destacado, pero no es la justicia ni aunque alguien sea un gran periodista ni aunque sea hábil en la escritura”, dijo en referencia a los reporteros que denunciaron el caso.
Aseguró que en el juicio “hay una revancha de clase, un intento de aleccionar, que nadie se atreva a intentar cambiar las cosas. Los políticos que caminan por el carril que los poderosos deciden caminan sin problemas”.
En cambio, dijo, “los que deciden transformar la realidad son perseguidos inicialmente en forma mediática, y después por parte del sistema de administración de leyes”.
Boudou consideró que las pruebas concretas de su inocencia se enfrentaron a “inventos, fantasías y dichos”, impulsados por los medios de comunicación.
“La única verdad es la realidad. Voy a enfrentar siempre con la misma convicción, la misma fuerza y la misma alegría el hecho de haber sido parte de un proceso político que cambió Argentina, e hizo que haya mucha más justicia en nuestro país”, afirmó.
Boudou fue ministro de Economía en la administración de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de 2009 a 2011, y luego su vicepresidente, pero su carrera política se terminó a principios de 2012, cuando un programa de televisión denunció este caso de corrupción.
El economista fue acusado de haber comprado Ciccone Calcográfica, la mayor imprenta de billetes del país que estaba en quiebra y que fue adquirida en 2010 por la firma The Old Found encabezada por Alejandro Vanderbroele, quien está acusado de haber operado como su prestanombre.
En ese momento Boudou todavía era ministro de Economía del primer gobierno de Fernández de Kirchner y logró que Ciccone imprimiera las boletas de las elecciones presidenciales de 2011.
Un año más tarde, cuando ya era vicepresidente, la empresa obtuvo un contrato por 140 millones de pesos (unos 35 millones de dólares de la época) para imprimir los billetes de 100 pesos.
FUENTE: NOTIMEX, ENLACE INFORMATIVO, 07-08-18.