Santiago, Chile.- Las autoridades chilenas ordenaron a las entidades financieras del país mejorar sus sistemas de ciberseguridad, tras el robo de 10 millones de dólares que sufrió el Banco de Chile en un ataque informático, el 24 de mayo pasado.
El día del ataque se produjo la caída de los sistemas informáticos del banco, uno de los más importantes de Chile, lo que afectó las operaciones en todas las sucursales.
Días después, la entidad reconoció el robo de 10 millones de dólares tras la introducción de un virus informático a sus sistemas, lo que sirvió de “distractor” para intervenir en forma especial el sistema de transacciones internacionales bancarias Swift.
Los delincuentes extrajeron el dinero de los fondos del banco, no de las cuentas de los clientes, mediante “transacciones extrañas” en el sistema Swift que fueron realizadas desde Europa del Este o Asia por una banda internacional y que tuvieron como destino Hong Kong.
Tras el robo, las autoridades chilenas alertaron al resto de las instituciones financieras del país y les pidieron reforzar sus sistemas de ciberseguridad para evitar nuevos robos a las entidades y/o sus clientes.
El superintendente de Bancos, Mario Farren, se reunió en los últimos días con los gerentes generales de 11 instituciones bancarias para pedirles que adopten medidas adicionales en el corto plazo a fin de fortalecer la seguridad informática de sus operaciones.
Además, las autoridades chilenas pedirán asesoría en el extranjero para identificar eventuales deficiencias en materia de estándares internacionales de ciberseguridad y aumentar los mismos para evitar futuros ataques.
Una de las deficiencias detectadas se relaciona con el hecho de que las empresas han invertido más en protección interna, para contrarrestar daños realizadas con sus propios equipos, que en evitar ataques externos.
Además, algunos programas computacionales usados por entidades bancarias chilenas estarían obsoletos, lo que abre una brecha de seguridad al “interactuar” en el ciberespacio con otros más modernos.
