Reforma
Quienes conocen los entretelones del Poder Judicial aseguran que tras la fractura en el Tribunal Electoral hay un reacomodo político que corresponde con el cambio en el Poder Ejecutivo.
Cuentan que el magistrado José Luis Vargas, quien desafió a la presidenta Janine Otálora, ya volteó bandera y, pese a que llegó respaldado por el PRI, ahora está formado en la fila de Morena.
Incluso hay quienes afirman que el asunto va más allá, pues uno de los ministros que busca la presidencia de la Suprema Corte se está acercando muuucho a los morenistas. Y hasta dicen que su nombre comienza con A… y acaba con …rturo Zaldívar ¿Será?
Vaya par de banderillas le colocó el secretario de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, Enrique Ochoa, a la bancada de Morena.
El ex director de la CFE y ex presidente del PRI les reclamó en Twitter no haber cumplido con una promesa de hace casi dos años de que buscarían modificar la ley para reducir el costo de la gasolina.
Acompañó su dicho con un video de Andrés Manuel López Obrador del 5 de enero del 2017 en el que justamente hace esa propuesta que, hasta ahora, no se ha concretado. Y ole… a toro pasado, por supuesto.
El jugador… perdón, el gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, ha sido muy recordado en estos días y no por sus goles de antaño.
Primero por los ciudadanos pues, a pesar de que el martes Cuernavaca fue un caos por los bloqueos de los trabajadores de la UAEM, él se la pasó de lujo con sus amigos en el restaurante “Don Atilio” y le resbaló toda la bronca al rector.
Y después por la clase política local porque, sin presentar pruebas, insiste en acusar de desvíos millonarios al ex titular de Seguridad en la entidad, Alberto Capella, a pesar de que sus cuentas fueron revisadas por la Auditoria Superior de la Federación.
POR ahí dicen que la molestia de Blanco se debe a que, cuando fue alcalde de Cuernavaca, tuvo que sujetarse al mando único policial y siente que Capella le debe una. Como sea, lo que parece claro es que el ex delantero anda perdido ¡en la zaga!
Una buena: el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que en el recorte a las universidades públicas hubo un “error” y mandó corregirlo.
Una mala: que no dijo si se trató de un “dedazo” involuntario al redactar el proyecto o de un error de juicio de su secretario de Hacienda, Carlos Urzúa… o de él mismo, al autorizarlo.
Una peor: lo más probable es que nunca lo sabremos.
