Columnas Políticas, Sin Rodeos

Google + Pinterest Linkedin Tumblr +

Diego Fernández de Cevallos

Milenio Diario

Disculpen las molestias”

Fue fácil para el Presidente responder al reclamo generalizado por los nuevos recortes (por miles de millones de pesos) a los servicios de salud que presta el Estado con despido masivo de personal y desabasto de medicinas. Como si anduviera bacheando con una cubeta de chapopote, dijo: “Estamos combatiendo la corrupción, DISCULPEN LAS MOLESTIAS”.

¡Qué falta de responsabilidad! ¡Qué cachaza de Presidente! Sufrimiento, desolación y muerte, son molestias que se arreglan con una disculpa.

Si redujo en 11 por ciento el presupuesto actual respecto del anterior (el más bajo del sexenio de Peña Nieto) resultan atroces los nuevos recortes.

Si esta administración recibió en condiciones infrahumanas las instalaciones y los servicios médicos de la mayoría de los centros de salud pública, cómo es posible un nuevo atropello y, peor aún, cuando esos desvíos multimillonarios tienen dos propósitos perversos e inocultables: el primero, entregar dinero a millones de pobres para atarlos al proyecto político del Presidente; el segundo, disponer de recursos para sus caprichos, tales como el Tren Maya y la Refinería en Dos Bocas. No importa que esos proyectos carezcan de los estudios y dictámenes exigidos por la ley, y que sean injustificados ecológica, económica y socialmente. Con un “me canso ganso” aquí todo se puede, todo se vale.

¿Dónde quedó su cantaleta de que “por el bien de todos, primero los pobres”? ¿No entiende —o no le importa— que los primeros en padecer las consecuencias de esa acción criminal serán precisamente los más pobres de México? ¿Por qué no les consulta a ellos si prefieren las miserables dádivas en efectivo o los servicios de salud que exige su dignidad? ¿No advierte —o le vale— que esos recortes en dinero, personal y medicinas aumentarán el número de dolientes que sufren lo indecible, en total desamparo, en camas y pasillos de hospitales públicos, y que muchos más morirán por la falta de atención que merecen? ¿Esa es, de verdad, una política de izquierda, como fanfarronea? ¿Se necesita reiterarle que su decisión implica la comisión de delitos graves y una incuantificable responsabilidad patrimonial del Estado?

Su “austeridad republicana” y “el combate a la corrupción” son propósitos encomiables, pero nada le justifica violar la ley y los derechos humanos de los desvalidos que (junto con otros) lo llevaron a la Presidencia; resultando frente a ellos traicionero.

Pues no obstante padecer a ese soberbio que miente, viola la ley, despilfarra recursos públicos, injuria a disidentes, que en la cúspide del poder se regodea de su narcisismo, que consulta a la madre Tierra para justificar sus caprichos y no siente vergüenza al afirmar que “México se fundó hace más de 10,000 años”, EN SU CONFRONTACIÓN CON TRUMP DEBEMOS APOYARLO. Primero está México.

Compartir.

Dejar una respuesta