Columnas Políticas, Frentes Políticos

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Excélsior

*I. El hombre fuerte. De entre las decenas de colaboradores que Andrés Manuel López Obrador ha convocado, uno de los nombres sobre quien caerá una gran responsabilidad es Daniel Asaf, empresario restaurantero de origen libanés que estará al mando del servicio de ayudantía que protegerá al Presidente. Su equipo estará integrado por 20 hombres y mujeres de diferentes profesiones, y recibirán una preparación que, aunque aún no se detalla, se sabe que no incluirá el uso de armas. Iniciarán pronto, cuando el tabasqueño empiece una gira por todo México. Alfonso Durazo, próximo secretario de Seguridad Pública, indicó que para integrar a ese equipo “estamos partiendo de un perfil básico de lealtad, de compromiso y con formación profesional”. Ha repetido López Obrador: “El pueblo me va a proteger”. Asaf y su equipo están obligados a la excelencia. La nación lo agradecerá.

*II. Y no llega la hora. El Pleno de la Cámara de Diputados avaló ayer, en lo general, la reforma constitucional con la que se eliminaba el fuero para el Presidente de la República. Pero después, en lo particular, halló los obstáculos de siempre. Integrantes del PAN, del PRI y de MC rechazaron los artículos más relevantes que establecían que los servidores públicos, incluido el Presidente, perderían la inmunidad cuando tuvieran una sentencia condenatoria en su contra por algún delito federal. Los argumentos de la oposición fueron que sobró soberbia en Morena para escucharlos, pues, aunque están en contra de mantener el fuero, alertaron que la redacción abría la puerta a la persecución política y atentaban contra la presunción de inocencia. Acabar con los privilegios es más difícil que matar un dragón.

*III. Lee usted bien. Casi tres lustros después, la memoria colectiva no se lo perdona. René Bejarano aseguró que no va a ocupar ningún cargo en el gabinete de Andrés Manuel López Obrador ni tendrá injerencia en las políticas que se implementen, pese a su experiencia en el diseño de programas sociales, que será, sin duda, la parte sustancial del gobierno entrante. Pero afirmó que combatirá la corrupción “para garantizar que los recursos lleguen a la gente”. Al encabezar un encuentro nacional con líderes de su movimiento social, “Sembrando el futuro por el buen vivir”, al que acudió también la diputada Dolores Padierna, llamó a la unidad de todas las fuerzas progresistas y democráticas del país. El Señor de las Ligas está de regreso. A veces la vida sí da dos oportunidades. Aprovéchelas, don René.

*IV. Mundo al revés. En el INAI están de luto. El lunes murió el comisionado Carlos Bonnin Erales, “compañero y amigo entrañable quien falleció a causa de un infarto cardiaco”, según lamentaron en la cuenta oficial de Twitter. En un comunicado difundieron que sucedió por la mañana y fue trasladado a un hospital, donde murió. ¿Qué salió mal? Porque, ayer, la Procuraduría capitalina los desmintió. Abrió una carpeta de investigación por el delito de “lesiones culposas por caída”, lo que contrasta con la versión del instituto, omitiendo que cayó del quinto piso del edificio. ¿Qué procede? ¿Que como ciudadanos enviemos una petición de información para saber qué sucedió?, ¿y si deciden ocultarla?, ¿el INAI ordenará al INAI hacerla pública? Ya no entendemos. Los obligados a defender la transparencia no la tienen.

*V. Evasivo. El alcalde de Irapuato, Ricardo Ortiz Gutiérrez, se lava las manos, pero le quedan sucias. Afirmó no tener por qué asumir la responsabilidad sobre la muerte de un niño de 11 años, a quien asesinaron en un ataque directo en contra de su padre, pues señaló que fue el resultado de “andar chueco”. El padre había sido detenido en diferentes ocasiones por robo, según los registros de la Secretaría de Seguridad Ciudadana. Este mes, al menos dos niños, uno de cinco y otro de 11, han sido asesinados durante la ejecución de sus padres. El alcalde, en una especie de regaño, señaló que espera que este hecho “sirva de reflexión para todos aquellos que andan metidos en cosas chuecas…”. Incumplir con la tarea de acabar con los delincuentes es aún más chueco. Y esconderse bajo pretextos tan infantiles de plano no tiene perdón. La revictimización de ser niño en Guanajuato.

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