Columnas Políticas, El Asalto a la Razón

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Carlos Marín

Milenio Diario

Otro eficiente servidor menos

Desventura previsible: Guillermo García Alcocer no soportó continuar al frente de la Comisión Reguladora de Energía, pero Andrés Manuel López Obrador afirma que no se le presionó para que renunciara. Quizá tenga razón, ya que lo que su gobierno hizo con el ex eficiente servidor público fue considerablemente peor que conminarlo a que se fuera: lo coaccionó al calumniarlo y hacerlo sujeto de violencia psíquica para que dimitiera contra su voluntad.

García Alcocer llevaba tres años en el cargo. En su carta dice que la salida está fundada en que su visión es incompatible con la de los inexplicables nuevos comisionados impuestos por el Presidente de la República, pese a que fueron rechazados ¡en dos ocasiones! por el Senado y a los serios cuestionamientos que se les hicieron sobre su lamentable (in)capacidad técnica.

La mala suerte de un hombre de bien y capacidades irreprochables dejó entreverse en noviembre del año pasado (antes de que Rocío Nahle asumiera el cargo que tiene), cuando trascendió que la futura secretaria de Energía demandaba la renuncia de quien llevaba dos decenios trabajando en el sector público con una carrera brillante y reconocida. Fue claro desde entonces que la forma de pensar de un economista con gran experiencia en el sector energético, del que buscaba su transformación de acuerdo con el siglo XXI, sería un estorbo para el “cambio de régimen” de la cuarta transformación y las pretensiones nacional-chovinistas de los nuevos liderazgos.

Luego se intentó maniatarlo por la vía legislativa, intentando sectorizar a los órganos reguladores y supeditarlos a la Secretaría de Energía, pero la maniobra no se concretó por falta de respaldo en el Congreso y los actores involucrados en la industria. La letalidad de la embestida se desnudó en febrero, cuando López Obrador, Nahle, Irma Sandoval (titular de la Función Pública) y Santiago Nieto (de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda) acusaron a García Alcocer de un fantasioso conflicto de interés montando un bochornoso espectáculo al término de la conferencia mañanera, pese a lo cual ayer, al comentar la renuncia, el Presidente dijo ignorar si aquel show cristalizó, o no, en una denuncia formal.

Y es que contra el agraviado renunciante no existe una sola prueba de que haya cometido fregadera alguna.

Lo más patético es que los cuatro comisionados presidenciales, virtuales ninis tardíos pero becados, con dos meses ya en la CRE, solo han sesionado una triste vez, entorpeciendo la operación del organismo regulador y generando una parálisis institucional y sectorial.

En su conferencia de ayer, AMLO anunció que enviará una terna al Senado para designar al nuevo comisionado presidente, advirtiendo que tendrá que ser “nacionalista”…, lo cual constituye la más deplorable y dinosáurica señal para la inversión.

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