Buscará obra que Emiliano Zapata sea figura de inspiración para niños

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México, 1 Abr.- Sobre el general Emiliano Zapata Salazar se han dicho infinidad de cosas, y es mayormente conocido por ser un héroe nacional debido a su lucha en la Revolución Mexicana, sin embargo, poco se conoce de su infancia, la cual será llevada a una obra de teatro que busca que menores mexicanos vean en él a una figura de inspiración.

Nacido en Anenecuilco, población del municipio morelense de Ayala, el general es considerado uno de los símbolos de la resistencia campesina en México, también por haber estado al mando del Ejército Liberador del Sur y lograr importantes reformas para el estado de Morelos.

En el marco de la conmemoración de los cien años de su muerte, y luego de una investigación en lugares de Morelos en los que se pudieron recoger datos sobre este personaje, las compañías Contentarte, Grielco y Metaguionistas, trabajan en una puesta en escena enfocada en la historia de la infancia de esta figura.

En entrevista con Notimex, Rodrigo Vera, director artístico de la obra “Un niño llamado Zapata”, subrayó que la intención es rendirle un homenaje a cien años de lo acontecido en Chinameca, la muerte del Caudillo del Sur -ocurrida el 10 de abril de 1919-.

“Realmente consideramos que su lucha, su legado, sus razones, son muy importantes para que las nuevas generaciones tomen conocimiento de ello y se sientan involucrados en la historia de su país”, aseguró.

Dado que el general Zapata es uno de los verdaderos héroes de la Revolución Mexicana, destacó, él nunca alcanzó el poder en turno y su lucha fue un continuo esfuerzo y de batallas hasta que encontró la muerte, y con ello la rendición, “porque no había otra manera que sacarlo del camino”.

Aseguró que para todos los involucrados en esta obra es muy importante que los niños, “porque nuestro trabajo está enfocado principalmente al público infantil y juvenil, para que sientan que se pueden inspirar en un héroe mexicano, que no solamente hay modelos extranjeros, sino héroes de verdad que dieron su vida y lucharon por una serie de causas e ideales sumamente legítimos”.

Esta es una lucha, añadió, que no ha finalizado en términos de que la justicia, verdad, y los mejores valores sobre equilibrio, económico, político, ahora hasta ecológico, están por trabajarse, por cumplirse y, en ese sentido, dijo que les interesa mucho enseñarle a los menores que vean que existen en la historia de México verdaderos héroes.

Comentó que en ese proceso se toparon con que “su infancia está marcada por acontecimientos trascendentales, dado que su origen familiar lo sitúa como un heredero de lo que se llama los Calpulelques de Anenecuilco, quienes eran los guardianes de la tierra, de la propiedad y de los derechos de tenencia de las comunidades de ese poblado”.

Manifestó que hay muchos detalles que realmente engrandecen el mito, “pero cuando te digo esto, no utilizo esta designación denostativa, sino por el contrario, como si fuese un mito griego porque recalca mucho los valores y de pertenencia, así como las razones por las cuales Zapata desde muy joven asume la lucha, hasta cierto punto el liderazgo, de una Revolución que ellos comenzaron antes de que realmente la Revolución Mexicana estallara”.

Además, el niño Emiliano fue el noveno de 10 hijos y logró sobrevivir a enfermedades, las cuales mataron prácticamente a todos sus hermanos. Otro mito es que él fue un pequeño letrado, porque acude a la escuela y recibe instrucción básica de un señor llamado Emilio Vera -ahí hay una discusión si era Vera o Vara-, quien le infunde muchos valores acerca del idealismo de la Reforma.

“Emiliano nace con un lunar en el pecho con forma de manita, donde la identificación de Anenecuilco, que en los pueblos prehispánicos y en los mapas es precisamente una manita, un río que tiene varios brazos que son como los dedos que tienen una forma de mano, hay mucho material histórico, que gracias a la investigación nos hemos encontrado y no sólo eso, sino de la tradición oral”, dijo.

Precisamente esto fue lo que los inspiró a crear una especie de fábula, pero que es más bien un cuento, sobre cómo Zapata se siente empoderado por las historias y las leyendas de su pueblo para poder convertirse en el héroe que sería a la postre.

Por su parte, David Zamora, encargado de hacer la investigación histórica y el texto, el libreto del montaje, expresó que justamente como el enfoque era no preponderar los hechos biográficos e históricos, sino querían darle un enfoque actual, y vigente, por lo que buscó fuentes alternativas.

“Me organicé una expedición al territorio de Zapata, yendo a lugares como Jojutla, Tlaltizapán, Chinameca, Anenecuilco -donde nació-, desde estos lugares a buscar sobre el tema, me dediqué más como a capturar la esencia de la imagen que se tiene todavía de Zapata, del lenguaje, fue algo que quise rescatar muchísimo”, explicó.

Señaló que se dedicó a capturar, sobre todo como fuente, a los oriundos del lugar, gente de los pueblos, para tratar de obtener la esencia de las localidades, del lenguaje, la ecología del sitio, “por ejemplo, fui a un campamento más allá de Jojutla, donde se juntan lugareños para hacer representaciones de Zapata en un cerro que cuentan fue su guarida durante la Revolución”.

Narró que llegó a Anenecuilco con el cronista del pueblo llamado Lucino Luna, quien lo recibió en su casa y le mostró un libro en el que recoge leyendas de este poblado, a través de entrevistar a gente mayor y a todo tipo de personas que conocieron a Zapata, “ahí me encuentro con varias leyendas que me hacen sentido para darle una estructura de fábula a esta historia”.

“Entonces extraigo estos personajes, y lugares, y sobre todo la esencia, y voy viendo muchos paralelismos con las hazañas que tuvo Zapata y hago toda esta labor para estructurarlo de una manera que los niños o la gente puedan asimilar las proezas, los ideales y, sobre todo, sus valores de una forma mucho más interesante, y que les resulte mucho más significativa, a través de ese juego escénico, involucrarlos en más de una acción y que se vuelvan parte del discurso”, dijo.

Recordó que sobre su investigación, fueron un par de semanas intensas de estar sumergido en el tema, ya que tres o cuatro días se fue a Morelos, incluso ya terminada la primera versión, siguió revisando datos porque el tiempo apremiaba por la conmemoración oficial en el mes de abril.

En tanto, la productora de la obra, Karina Castro, indicó que en total son seis actores en escena; un niño que representará a Emiliano Zapata y otros personajes adultos que lo acompañan, así como incluirán el manejo de los muñecos, títeres que van a estar manipulados por titiriteros profesionales que también se están integrando en el equipo y son personajes que aparecerán en la obra.

“No necesariamente es una biografía, quisimos enfocarnos en su infancia a partir de su gusto por las leyendas, lo que hacemos en la obra es entre la leyenda que está viviendo el mismo niño Zapata, pero se está haciendo un paralelismo porque se van a intercalar corridos que narran las aventuras del general ya de adulto”, refirió.

El estreno de “Un niño llamado Zapata” será el 28 de abril en la explanada del Monumento a la Revolución, y forma parte del Programa del Fomento Cultural Infantil, Inventores culturales de la Secretaría de la Cultura. Se tienen pactadas dos funciones, sin embargo, buscan poder presentarla en Morelos, Hidalgo, Estado de México y en Tlaxcala, sobre todo en los lugares donde él tuvo presencia.

“Comenzamos con esta idea de querer hablar de la infancia, nos topamos con que no había mucha información en los libros, entonces tuvimos que acudir a distintos acervos de textos, de investigaciones que estuvieran enfocados a la Revolución y específicamente a este personaje”, detalló.

Agregó que parte del proceso ha sido empezar a ensayar para buscar la voz de los personajes y su creación, a partir de este texto que plantea David Zamora, y cómo jugar entre la leyenda y el personaje real de Emiliano Zapata, como parte de la creación escénica.

También se están creando los títeres a partir de materiales reciclados, que es como trabaja Juan Guerrero, quien está a cargo de su construcción, por ejemplo el águila, que es un personaje muy emblemático e importante de la puesta en escena, así como un caballo que será de tamaño natural y el cual funcionará como un elemento de la transición de Zapata niño a la figura del héroe mexicano.

“Estamos jugando estéticamente con esta idea de que el actor, el niño que representa a Zapata, se va a convertir en este héroe, pero a partir de un enfrentamiento que tiene con el villano de la leyenda, digámoslo de alguna manera, y ahí es donde se transforma. Pero más que cambiar como al actor o que surja un personaje Zapata adulto, es el mismo niño el que se convertirá en héroe”, anotó.

Rodrigo Vera explicó que Contentarte (Contenido, Entretenimiento y Arte), es una compañía de teatro didáctico que lleva ya varios montajes desde hace 18 años. En tanto, Grielco Producción, está comandada por la maestra Karina Castro y Juan Guerrero, ellos también tienen una enorme carrera en el teatro latinoamericano, tanto en Chile como en Argentina y México, entre otros.

Añadió que ellos están comandando la parte de la producción visual de la obra, elaborando los títeres, visuales, coordinando las labores de producción, los ensayos, mientras que Metaguionistas es liderada por David Zamora, quien es el guionista y se encargó de presentar un texto excelente, que es con el que estamos trabajando.

Notimex/Lucía Tadeo Sánchez

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