Templo Mayor, Reforma

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Cuentan que si el diputado priista Rubén Moreira quedó como presidente de la Comisión de Asuntos de la Frontera Norte no fue por ser de Coahuila… sino por ser Moreira.
Según esto, cuando fue gobernador evitó ir a Estados Unidos por temor a que, nomás cruzando, le fueran a caer encima con requerimientos judiciales, tanto por su posible participación en casos de lavado relacionados con el moreirazo, como por graves violaciones a los derechos humanos, como la impunidad en la masacre en Allende.
De ahí que ahora, con la presidencia de esa comisión legislativa, prácticamente tendrá un “manto protector”, pues tendrá derecho a un pasaporte consular, con lo que no habrá manera de que sea molestado por las autoridades policiacas.
Por eso dicen que la designación del hermano de Humberto Moreira en dicha Comisión fue tratada como un asunto de “la más alta prioridad” para el gobierno saliente.

Como en San Lázaro, también en el Senado hace aire -y fuerte- al interior de la bancada de Morena, con un constante tira-tira entre Martí Batres y Ricardo Monreal.
Dicen que el presidente de la Mesa Directiva y el coordinador morenista no pierden oportunidad para meterse el pie. Que lo mismo discuten por el desarrollo de las sesiones, que por el tratamiento de los temas polémicos y que hay jaloneos hasta para aplicar las medidas de austeridad.
Y hoy tendrán un nuevo desencuentro, ya que Batres decidió recibir por su lado al canciller Luis Videgaray, sin Monreal. El zacatecano lo verá media hora después, pero acompañado del titular de la Comisión de Relaciones Exteriores, Héctor Vasconcelos. ¿Pues qué no se supone que estaban en el mismo equipo? Es pregunta.

Da la impresión de que en el flamante Congreso de la Ciudad de México no se enteraron de que la idea es ser austeros. Mientras a nivel federal se redujeron comisiones, los legisladores capitalinos se inventaron nuevas.
De 32 que estaban contempladas en su Ley Orgánica, se fueron hasta 40 ordinarias y una extraordinaria sobre el NAIM. Y en lugar de recortar gastos, ampliaron el número de participantes -de 9 a 15-, con lo que algunos diputados estarán hasta en siete de ellas.
Lo curioso es que ya van a cumplir el mes de labores y apenas han podido instalar ¡sólo cuatro comisiones!, lo que deja en claro que tenían prisa por alcanzar cargos, pero no por ponerse a trabajar.

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