Templo Mayor, Reforma

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Sería bueno saber sí el equipo de transición de Andrés Manuel López Obrador está enterado -¡y de acuerdo!- con la millonaria licitación del sistema de telepeaje carretero que el gobierno federal adjudicará en noviembre.
Hasta donde se sabía, el tabasqueño le había pedido a Enrique Peña ponerle pausa a todas las licitaciones, con excepción de la compra consolidada de medicinas 2019. Como la jugada del telepeaje fue de Hacienda, los muchachos de José Antonio González Anaya tendrían que haberlo consultado con la gente de Carlos Urzúa.
Habrá que ver si se trata de una bola baja contra el próximo gobierno o un fly de sacrificio para no cargarle el costo político al beisbolista fenómeno.

Alguien debería pasarle un ejemplar del reglamento interno de la Cámara de Diputados al morenista Mario Delgado, pues las cosas en San Lázaro ya son un auténtico relajo.
El pastor del rebaño sagrado encabezó ayer una junta de presidentes de comisiones legislativas, y ahí se planteó que mañana jueves queden formalmente instaladas. Qué bueno que -¡un mes después! – ya se quieran poner a trabajar. Nomás que hay un detallito.
Según el reglamento, para poder ser instaladas las comisiones se necesita que haya quórum de quienes participan en ellas. Pero, ¿qué creen?, que hasta el momento sólo se han nombrado presidentes y secretarios, no a los integrantes de cada comisión.
Y aunque ese requisito quedara resuelto hoy mismo, el reglamento dice que la convocatoria debe hacerse, como mínimo, 48 horas antes, por lo que ni la aritmética ni el reloj pueden estirarse tanto.

Los empresarios de la industria de acero y aluminio se preguntan desconcertados ante el nuevo USMCA: ¿y los aranceles, apá?
Y es que, mientras Donald Trump se pone “loco” presumiendo su triunfo y los gobiernos de Justin Trudeau y Enrique Peña Nieto (junto con Andrés Manuel López Obrador) se felicitan por haberle dado por su lado para salvar el acuerdo comercial, nada se dice sobre las injustas tarifas que Washington le impuso a las importaciones de acero y aluminio provenientes de México.
Dicen que lo lógico sería, dado que ya hay acuerdo, que dichas tarifas fueran levantadas, pero como con Trump las buenas maneras nomás no funcionan, los acereros mexicanos se preguntan quién podrá sacarlos del horno arancelario.

Más allá de sus beneficios comerciales, a nadie parece haber gustado el nombre del USMCA, por lo que ya hay quienes proponen rebautizarlo como DAT (Démosle el Avión a Trump).

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