Templo Mayor, Reforma

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En el caso del prófugo senador electo Noé Castañón hay un ingrediente de venganza política que pocos conocen: el chiapaneco se negó al manoseo de candidaturas que hizo el Partido Verde y, casualmente, ahí empezó su desgracia.
Resulta que Castañón era suplente de Luis Eduardo Lozano, quien renunció el 1o. de junio a la candidatura para cederle su lugar a Alejandra Lagunes. Sin embargo el INE rechazó la sustitución y quedó el suplente como candidato, pese a las presiones de su partido.
Cuando Lozano vio que su suplente había ganado un escaño como primera minoría, pidió ¡renunciar a su renuncia!, cosa que por supuesto rechazó la autoridad electoral. Dicen los que saben, que Castañón se refugió en Estados Unidos y cuando regresó para rendir protesta, judiciales chiapanecos lo fueron a aprehender hasta Monterrey. ¿A poco alguien cree que es casualidad?

A más de uno sorprendió el timing de David Penchyna para exhibir los errores de su antecesor en el Infonavit, Alejandro Murat, pues se esperó algunos meses para dar a conocer el error de los 5 mil millones de pesos.
Curiosamente lo hizo justo después de que el gobernador encabezó la protesta de productores oaxaqueños contra el otorgamiento de denominación de origen al mezcal producido fuera de Oaxaca.
Ante esto hay tres versiones: una, que Penchyna quiere entregar cuentas claras al próximo gobierno, para que no le carguen milagritos que no son suyos. Dos, que el funcionario le hizo el favor a algunos priistas que tienen intereses muy importantes en la industria mezcalera. Y, tres, que fue un tatequieto de parte del gobierno federal para Murat por su cercanía con Andrés Manuel López Obrador. ¿Será una de las tres o las tres juntas? Es pregunta.

Con más de 30 personas asesinadas en lo que va de la semana, en Guanajuato se está convirtiendo en realidad aquello de que “la vida no vale nada”. Y lo peor no es eso, sino la apatía de las autoridades.
El gobernador Miguel Márquez reconoce que la violencia se ha disparado pero se lava las manos con gasolina al afirmar que el problema es del gobierno federal porque la mayoría de los crímenes están ligados al robo de combustible.
Lo que no entiende el mandatario es que el miedo de sus gobernados no sabe distinguir entre niveles de gobierno, fuero federal o fuero local. Simplemente saben que vivir ahí se ha convertido en un peligro.
Por ejemplo, en Salamanca más de uno asegura que el actual tesorero municipal, Héctor Alfaro, por alguna extraña razón, sabe mucho sobre el tema del huachicoleo. Sin embargo, nadie se ha atrevido a preguntarle al respecto.

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