Templo Mayor, Reforma

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En la pelea por la dirigencia del PAN ya hay dos nuevos contendientes. Uno es Manuel Gómez Morin del Río, nieto del mismísimo fundador del PAN, quien según dicen cuenta con el respaldo de Javier Corral. ¡Ah, Chihuahua!
El otro es el jalisciense Francisco Ramírez Acuña, quien fue destapado por su paisano Alberto Cárdenas para competir también contra el anayista Marko Cortés y el antianayista Héctor Larios.
Por cierto que algunos cercanos a Ricardo Anaya dicen que no es lo mismo tener los reflectores que el apoyo de la militancia. Esto porque los nueve gobernadores panistas que apoyan a Larios no tienen el peso que se creía al interior del panismo.
Cosa de ver que el número de militantes en sus estados representa apenas el 16 por ciento del padrón albiazul a nivel nacional. Y en elecciones internas eso significa mucho ruido y pocos votos.

Una muy nutritiva discusión se dará hoy en la Segunda Sala de la Suprema Corte, donde se definirá el complejo y necesario tema del etiquetado de los alimentos en función de su aportación a la salud de los mexicanos.
Se sabe que funcionarios de Cofepris han estado muy activos cabildeando entre los ministros, para que se mantenga el actual etiquetado y se rechace la petición de un grupo de consumidores que piden se apliquen mejor prácticas internacionales. En concreto, demandan que en las etiquetas se utilicen los parámetros recomendados por la Organización Mundial de la Salud.
A ver si los ministros se deciden por una nueva etiqueta… ¡o quedan etiquetados!

Esta semana inició en Chicago el juicio contra Iván Reyes Arzate, quien traicionó a la Policía Federal mexicana. Sus pitazos al Cártel de los Beltrán Leyva frustraron operativos y capturas, y, peor aún, causaron la muerte de algunos mandos federales.
Curiosamente quien fuera su jefe, Ramón Pequeño, ex titular de la División de Inteligencia de la PF, anda moviéndose para agarrar chamba en el nuevo gobierno federal o, ya de perdida, en el capitalino.

La CNTE exigió al próximo gobierno no sólo abrogar la reforma educativa, sino también desaparecer el Instituto Nacional de Evaluación Educativa, eliminar el Servicio Profesional Docente, tirar a la basura el Nuevo Modelo Educativo, anular la reforma en Normales y dejar de lado el programa Escuelas al CIEN. Seguramente, una vez que les cumplan esto, podrán enseñar en las aulas que la tierra es plana, que el hombre nunca llegó a la luna y que el limón corta la grasa.

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