Templo Mayor, Reforma

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Eso que suena a lo lejos no es un grupo de percusionistas africanos, sino el tronar de huesos de quienes están esperando la asignación final de los plurinominales para el Senado y la Cámara de Diputados.
De acuerdo con el calendario electoral, el INE tiene hasta mañana para definir a los ganadores de la lotería, perdón, para asignar a los legisladores de representación proporcional. Ese reparto definirá finalmente el peso -y el botín- de cada bancada en las respectivas Cámaras.
Así que entre hoy y mañana, en el Tribunal Electoral estarán trabajando a marchas forzadas para resolver todas las impugnaciones y que así el INE pueda hacer el cómputo final.

Pocos se dieron cuenta, pero Otto Granados protagonizó un detalle extraño en la conferencia que dieron en Palacio Nacional Andrés Manuel López Obrador y Enrique Peña Nieto.
Justo cuando el tabasqueño iba a soltarse a hablar en contra de la reforma educativa, un integrante del gabinete peñista se bajó del templete y se alejó a toda prisa: el secretario de Educación Pública.
Más de uno se pregunta qué era eso tan urgente que tenía que hacer, como para dejar solo a su jefe con el paquete.

Entre los episodios más vergonzosos del pasado proceso electoral destaca el de los chiapanecos Roberto Antonio Rubio y Humberto Pedrero, quienes se hicieron pasar por indígenas, fueron descubiertos, fueron denunciados, se comprobó que usaron documentos falsos y, pese a eso, sí serán diputados federales.
Pese a la flagrante violación a los derechos de los pueblos indígenas, el Tribunal Electoral se colgó de un tecnicismo para validar el triunfo de ambos ex funcionarios del gobierno de Manuel Velasco. Así que, como es usual, se aplicó la ley, pero no la justicia.
Curiosamente, entre los damnificados de este fallo está el PES, que rezaba porque se anulara la elección en algún distrito de Chiapas para ahí buscar el milagro de la multiplicación de los votos que le devolviera el registro. Pero esta vez sus ruegos no fueron escuchados.

Para hoy se pronostica una intensa lluvia de tuitazos de parte de Donald Trump luego del doble descalabro que le recetaron ayer sus hombres de confianza Michael Cohen y Paul Manafort.
Cohen se declaró culpable y lo involucró directamente en un fraude de financiamiento electoral, que involucra a una actriz pomo y a una conejita de Playboy. Y Manafort, que dirigió su campaña, fue hallado culpable de delitos financieros. Todo indica que esta vez Trump no se salva… ¡ni con los abogados de Elba Esther!

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