Templo Mayor, Reforma

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***MUY INTERESANTE resulta el adelgazamiento de la Segob, que tomará el 1o. de diciembre la ex ministra Olga Sánchez Cordero, y el regreso de la SSP federal que desapareció Enrique Peña Nieto y estará en manos de Alfonso Durazo.
LLAMA la atención, en primer lugar, la transformación del Cisen en una Agencia Nacional de Inteligencia con la promesa del próximo titular de la SSP de que dejará de hacer labores de espionaje político.
DE MENOR impacto mediático, pero quizás de la misma importancia, es el hecho de que Protección Civil también dejará de depender de Gobernación para integrarse a la nueva dependencia en donde, aparentemente, operará muy cerca de las fuerzas policiales y lejos de las consideraciones políticas.
EN PRINCIPIO los qués y los porqués de esas decisiones hacen sentido. Será cosa de ver los cómos.

***TODO INDICA que al panista Marko Cortés le jalaron las riendas, pues finalmente se canceló la onerosa despedida que quería hacer para los diputados panistas.
PARA el cierre de la legislatura, el coordinador de la bancada del PAN pretendía llevarse a todos los legisladores de ese partido a una plenaria a todo lujo en Playa del Carmen, obviamente, con todos los gastos pagados.
LA IDEA del michoacano era darles un agasajo de despedida a los diputados albiazules, no sólo para que se relajaran después de su aaardua labor levantando el dedo desde su curul, sino aprovechar para placearse y promoverse, pues tiene muchas ganas de convertirse en dirigente nacional de su partido.
SIN EMBARGO, algo raro pasó y la encerrona que empezaría el lunes 23 de julio en el Gran Hyatt se canceló y, al parecer, ahora la reunión será en la CDMX. Quién sabe si Cortés ya se contagió del espíritu de austeridad republicana o si sólo quiere ahorrarse esa lana para gastarla en algún otro gustito parlamentario. Total: ¡México paga!

***POR CIERTO que dentro del PAN hay quienes dicen que “regresar a los orígenes” es la ruta perfecta para la derrota. Más bien, afirman, es tiempo de reinventarse y dejar atrás lo que algunos doctrinarios creen que sigue siendo, pero que en realidad ya no es.
DE HECHO, con más resignación que admiración, reconocen que el ejemplo a seguir es el de Andrés Manuel López Obrador, quien supo adaptarse a los cambios: cambió de partido, cambió de discurso y hoy tiene la llave de Palacio Nacional. Anclarse al pasado y querer revivir los “valores” del PAN es, en realidad, jugarle simplemente a la nostalgia.

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