TEMPLO MAYOR Reforma

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Ya se supo que será Carlos Urzúa quien acompañe a Andrés Manuel López Obrador al encuentro que hoy sostendrá con los gobernadores.

Pero contrario a lo que esperaban -¡anhelaban!- los integrantes de la Conago, el virtual Presidente electo no va en plan de negociar nada que tenga que ver con dineros. En realidad, según dicen en el entorno del morenista, simple y sencillamente va con su secretario de Hacienda a avisarles cómo va a estar la cosa para el Presupuesto 2019.

Pero esa no es la única mala noticia para los gobernadores. López Obrador ayer dejó en claro que quiere poder absoluto ¡y para largo!, pues a cada mandatario estatal -sobre todo del PRI y el PAN- les pondrá enfrente un virrey o virreina con todo el poder para hacer contrapeso al Ejecutivo estatal y, de paso, ir construyendo su candidatura.

¿O de qué otra forma se explica que, por ejemplo, Delfina Gómez en Edomex y Carlos Lomelí en Jalisco serán los delegados únicos del gobierno federal, que concentrarán la representación de todas las dependencias y, por supuesto, la aplicación de todos los programas? Vaya que es curiosa la idea que tiene AMLO de federalismo.

Por cierto que anoche en Polanco fue noche de espantos, perdón, de espantados. Un grupo importante de gobernadores del PRI y del PAN cenó en El Estoril, previo a su encuentro con AMLO.

Ahí anduvieron los priistas Alejandro Tello, Omar Fayad y Miguel Riquelme; así como los panistas Francisco Domínguez, Miguel Yunes y Tony Gali, entre una docena de mandatarios estatales que compartieron el pan, la sal… y las preocupaciones.

Se solicitan curitas, vendoletes, merthiolate y todo tipo de materiales de curación para la reunión que hoy tendrá la cúpula panista para lamerse las heridas de la derrota electoral.

Al búnker de la Colonia del Valle están convocados todos los dirigentes estatales del PAN a una encerrona con Damián Zepeda, su todavía presidente. Y aunque la dirigencia nacional insiste en que es una reunión ordinaria “de estructuras”, la realidad es que aquello puede ponerse feo.

Y es que muchas dirigencias estatales están dolidas con el trato que recibieron de Ricardo Anaya, y más porque para lograr su candidatura presidencial les quitó a los suyos espacios para dárselos al PRD y a MC. Las apuestas entre los panistas están dos a uno a que su ex candidato presidencial no se atreverá a dar la cara.

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