TEMPLO MAYOR Reforma

Google + Pinterest Linkedin Tumblr +

TEMPLO MAYOR

Reforma

Más intensos que Maradona en el estadio, así llegan al último día de campaña Ricardo Anaya y José Antonio Meade, compitiendo por ser ubicados como el auténtico segundo lugar… para atraer el voto útil.

Como quien hace cálculos matemáticos para saber cómo podría pasar México a octavos de final, así andan frentistas y priistas tratando de cuadrar su desventaja en las encuestas con casos de elecciones sorpresivas como la de Donald Trump, el Brexit o el plebiscito colombiano.

El asunto está en que el voto útil, si no es unido, resulta inútil. Y salvo algunos esfuerzos ciudadanos y empresariales por orquestarlo, en términos generales el electorado que no comulga con AMLO llega al final de la campaña bastante confundido.

No todo es amor y paz en el entorno de Andrés Manuel López Obrador. En su cuarto de guerra hay una auténtica batalla entre los operadores de campaña por una propuesta bastante sucia.

El debate se centra en torno a la idea de que el domingo por la noche se difundan de manera “anónima” los resultados de un supuesto conteo rápido que le daría el triunfo al tabasqueño, media hora antes del plazo legal establecido para hacerlo, que es las 20:00 horas.

Dicen que uno de los entusiastas de esta idea es Julio Scherer Ibarra, y el objetivo es de esta forma “vacunarse” contra un posible madruguete de los otros partidos. El equipo de AMLO está dividido y una buena parte de sus colaboradores consideran que no se debe combatir un albazo… ¡con otro albazo!

ASÍ están las posiciones en el war room, ahora sólo falta saber qué dice el dedito de ya saben quién.

A unos días de las elecciones, el priista Mauricio Sahuí Rivero no logra sacudirse un broncón en el que él mismo se metió: su supuesta relación con un cártel inmobiliario en Yucatán.

Resulta que en su 3 de 3 declaró que poseía un terreno en Tixkokob de 930 metros cuadrados, lo cual no tendría nada de raro de no ser porque el predio en realidad mide… ¡930 mil metros!

Esa hebra de 93 hectáreas sirvió para que sus adversarios fueran tirando del hilo y exhibieran su relación con toda una red de empresarios, funcionarios y prestanombres dedicada a la especulación inmobiliaria, pero bajo el cobijo del poder público. ¡Bomba!

Esta noche se acaban las campañas. Se acaba el escándalo y empieza -se supone- la reflexión. Dicen que en democracia la única mala decisión es no votar. ¡Que sea lo mejor!

Compartir.

Dejar una respuesta