Roma, 24 Oct.- La cinta sobre la vida y amistad entre Stanley Laurel y Oliver Hardy, la famosa pareja de cómicos conocida en México como “El Gordo y el Flaco”, fue muy bien recibida durante su presentación en la Fiesta del Cine de Roma.
Sorprendentes por su semejanza con los personajes reales, los actores Steve Coogan (que interpreta a Laurel) y John C. Reilly (en el papel de Hardy) se congratularon por su participación en la película dirigida por Jon S. Baird, titulada “Stan & Ollie”.
Coogan aclaró que no buscaron hacer caricatura de los personajes, sino mostrar más su lado humano para un público que los conoció en versión caricatura.
“Hemos buscado comprender quienes eran en realidad Stan y Ollie. Esta cinta cuenta la historia de dos hombres con una gran amistad de muchos años y es además un filme sobre dos de los cómicos más famosos del mundo”, explicó Coogan en rueda de prensa.
Compartió que para interpretar de la manera más fiel a Laurel, “me prepare mucho; escuché las pláticas de Stan con sus fans, pues su número telefónico aparecía en el directorio y todos lo llamaban para felicitarlo y esas grabaciones han sobrevivido”, reveló.
Reilly, por su parte, dijo haber descubierto que Hardy era un “gran romántico” que amaba a las mujeres, a la poesía y a la comida.
“Ví todo lo que Ollie rodó, leí las cartas que escribía a su esposa, pero sobre su esencia real hicimos una hipótesis que nadie podrá saber si corresponde a la verdad”, explicó.
A suplir esa carencia se avocó el cineasta escocés Jon S. Baird, quien se basó en un guión de Jeff Pope (candidato al Oscar por la cinta “Philomena”).
La historia de “Stan & Ollie” ignora el periodo de oro de la pareja de artistas y se concentra más bien en los últimos años de su carrera.
“Cuando descubrí que nadie había investigado sobre estos dos personajes, pensé que quizá era interesante concentrarse en el periodo en el que tenían problemas, que podía ofrecer un gran potencial narrativo”, señaló el realizador.
Confirmó que se trató de un trabajo “muy duro” y que no solamente vio todas sus películas, sino que también leyó las entrevistas que se les hicieron y los libros que les dedicaron, mientras las lagunas fueron llenadas con la suposición y la imaginación.