México, 18 de Oct.- La compañía Royal Dutch Shell, anglo-neerlandeza, lanzará una aplicación para proveer gasolina a domicilio a partir de la solicitud del servicio hecha desde teléfonos inteligentes.
La globalización de la economía no podía mantenerse al margen del auge digital en la producción y prestación de servicios como ha quedado demostrado a través de los servicios de transportación, reservación de paquetes de viajes, suministro de alimentos y muchos otros.
Joerd Hoogerbrugge, quien trabaja como gerente de instalaciones para una compañía de ventas de sitios web en Rotterdam, comparte la reflexión “Muchas personas pueden ordenar sus comestibles y taxis en línea, así que ¿por qué no pedir gasolina en línea también?” y agrega “Son dos clics. Estableces la hora, la ubicación y listo”.
El nuevo servicio digital llamado Shell TapUp, en fase piloto, consiste en la sencilla utilización de una aplicación desde un teléfono inteligente para obtener el servicio de suministro de gasolina o diésel en cualquier parte de la ciudad directamente al automotor.
El programa piloto TapUp inició operaciones en mayo de 2017 y es una respuesta de Shell a las necesidades de miles de automovilistas.
“Ha sido una aventura increíble”, refiere Erik Miedema, director gerente de Shell TapUp y ex gerente de precios de combustible. El taller de Shell TapUp se encuentra en un almacén alquilado en los suburbios industriales de Rotterdam, donde el pequeño equipo, compuesto por 15 empleados y contratistas, tiene como objetivo generar una cultura dinámica y empresarial que pueda tomar decisiones con rapidez.
“No pretendemos ser un sitio de gasolina con ruedas. Realmente estamos tratando de construir una nueva infraestructura energética”, advierte Miedema.
Para Shell, la prueba piloto TapUp se traduce en una respuesta de adaptarse al cambio en el panorama energético y digital.
Eso es algo que el profesor Adner dice es crucial. “Las organizaciones deben tener una lente más amplia y mantener los ojos abiertos ante todos los cambios que ocurren a su alrededor”.
“Tome la antigua compañía de cámaras Kodak, por ejemplo. Ellos invirtieron, pero no reconocieron que su ecosistema estaba cambiando, lo que cambiaría las reglas fundamentales”, agrega. “Las empresas deben reconocer estos cambios y responder. La forma en que reaccionan determinará su futuro. Para muchos, incluso puede determinarlo”.
Agencias.