Ante la ola de protestas en Nicaragua, la represión del presidente Daniel Ortega se ha agravado.
Reportes señalan que la policía, tras el rumor de infiltrados o personeros de inteligencia, buscan en viviendas a miembros activistas en el movimiento opositor. Muchos de los detenidos no se les vuelve a ver con vida.
Francotiradores han sido colocados en distintos edificios y hasta en árboles.
Miembros de la Policía Nacional y fuerzas de choque reprimieron el miércoles con fuerza letal una marcha contra la represión encabezada por el Movimiento Madres de Abril, con motivo del Día de las Madres que se festeja el 30 de mayo en el país centroamericano, que dejó al menos 11 muertos y decenas de heridos.
La gran mayoría de los muertos presentaban impactos de bala en la cabeza, parte alta del pecho o el cuello.
De acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), antes de los hechos del miércoles, la violencia política había dejado 76 muertos, incluyendo civiles y agentes del orden, mientras que Amnistía Internacional estimaba 81 decesos.
Veinte expresidentes de Iberoamérica se pronunciaron contra la represión y violencia por la que pasa Nicaragua, clamando por el respeto a la vida y la libertad.
La Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA) manifestó en un comunicado su solidaridad con las víctimas de la violencia en el país.
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