La diputada María Eugenia Ocampo Bedolla, secretaria de la Mesa Directiva en el Palacio legislativo de San Lázaro, hizo un llamado a la población a sensibilizarse respecto al trato hacia los adultos mayores, a fin de abatir las cifras de abandono que sufre este sector de la población.
“Respeto, cariño, comprensión, atención y buenos tratos, es lo que todos deseamos y merecemos recibir en nuestra vida diaria. Desafortunadamente, son valores que en muchos hogares se van perdiendo, principalmente en el trato hacia los adultos mayores, quienes conforman uno de los grupos con mayor grado de vulnerabilidad”, expresó.
A través de un comunicado — todavía frescos los diversos eventos realizados con motivo del Día del Padre —, abundo sobre el agradecimiento que debemos mantener hacia nuestros progenitores por “su protección, cuidado y por el amor que nos han dado”.
La política morelense refirió que, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (Inapam), tres de cada cinco ancianos sufren violencia intrafamiliar.
Citó que este sector poblacional asciende a 13 millones de personas y, según proyecciones del Consejo Nacional de Población (Conapo), para 2025 existirán unos 14 millones de personas adultas mayores.
De ahí que la legisladora aliancista se pronunciara en favor del diseño e implementación de programas integrales de carácter preventivo dirigidos hacia este grupo poblacional.
En este tenor, recordó que durante la actual legislatura la bancada de Nueva Alianza presentó diversas iniciativas con el propósito de dar garantías plenas a los adultos mayores para que puedan gozar de una vejez digna, entre ellas, una para adicionar un párrafo tercero al artículo 323 del Código Penal Federal en materia de pérdida de derechos sucesorios.
La iniciativa, presentada en marzo de este año, plantea establecer que en caso de abuso o maltrato hacia un adulto mayor por parte de un familiar, se tenga como sanción complementaria la pérdida inmediata de los derechos sucesorios que al agresor pudieran corresponderle, como producto de su relación familiar o consanguínea.