MÉXICO DEBE PASAR DEL DISCURSO A LA MEDICIÓN DE LA PRODUCTIVIDAD LABORAl : PEDRO HACES

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De acuerdo con datos del INEGI, la productividad laboral en México ha crecido a un ritmo menor al 1% anual en la última década, mientras que países de la OCDE que apostaron por modelos de capacitación vinculados al empleo lograron incrementos de entre 1.5% y 2.5% anual, con impactos directos en salarios y estabilidad laboral.

En medio del debate público sobre productividad y empleo, el diputado federal Pedro Haces Barba planteó que México enfrenta un reto estructural: se habla de productividad, pero no se ha definido con claridad cómo construirla, medirla y convertirla en mejores salarios dentro del mercado laboral real.

“La productividad no puede seguir siendo un concepto abstracto ;si  no se traduce en habilidades, certificaciones y trayectorias laborales claras, no se refleja ni en ingresos ni en competitividad”, afirmó.

Para Haces Barba, este contraste evidencia que el desafío no es únicamente crear empleo, sino elevar el valor del trabajo que ya existe, especialmente en sectores clave como manufactura, logística, servicios técnicos y agroindustria con valor agregado.

Uno de los principales vacíos en la discusión laboral actual, subrayó, es la ausencia de mecanismos claros de medición y formación laboral, que permitan saber qué habilidades se están desarrollando, cuántas personas se certifican y cómo evolucionan sus ingresos a lo largo del tiempo.

“Si no medimos habilidades, certificaciones y permanencia en el empleo, la productividad se queda en discurso. Lo que no se mide, no se puede mejorar”, sostuvo.

El legislador explicó que los modelos internacionales exitosos —como los sistemas duales europeos o los esquemas sectoriales de certificación en Asia— han demostrado que la productividad crece cuando la capacitación está directamente alineada a las necesidades productivas, con seguimiento continuo y corresponsabilidad entre empresas, trabajadores y Estado.

Sin embargo, enfatizó que México no debe copiar modelos, sino adaptarlos y superarlos.

“Tenemos una de las fuerzas laborales más competitivas del mundo. El reto es ordenar esa capacidad, certificarla y darle valor.

Ese es el corazón del sindicalismo moderno”, señaló.

Desde esta visión, Haces Barba planteó que la productividad debe entenderse como un esfuerzo compartido, donde la capacitación,

la estabilidad laboral, la incorporación de tecnología y reglas claras permitan planear a largo plazo y mejorar ingresos reales.

Finalmente, afirmó que México necesita avanzar hacia un modelo laboral basado en datos, donde la productividad se mida por indicadores concretos: habilidades adquiridas, certificaciones laborales, permanencia en el empleo y crecimiento sostenido del salario real. “La productividad no se impone. Se construye, se mide y se sostiene. Ahí es donde el empleo moderno y el sindicalismo moderno pueden marcar la diferencia para el país”, concluyó

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