Ramón Gil es un joven escritor y promotor cultural que nació en Pachuca, Hidalgo, en 1981. Egresado de la carrera de Literatura Moderna por la Università degli Studi di Perugia, Italia, encabeza una fundación llamada Calavera, la cual coedita con editoriales internacionales para llevar la poesía mexicana a otras latitudes. Recientemente, Ramón Gil publicó el poemario Puente Calavera, editado por la fundación y por el sello Morlacchi, en el que incluyen poemas de su autoría al lado de otros escritores como el italiano Steffano Giaffreda y el también mexicano JesúsVega. Sobre este título platicamos con Ramón Gil.
— ¿Por qué poesía en esta actualidad y realidad mexicana?
— Para mí la poesía es el arte de crear imágenes que se perpetúan a través del tiempo. La poesía, como en su momento lo dijo Octavio Paz, “es la materia de todas las artes”, porque nutre de contenidos a las demás disciplinas; como tal, eso la vuelve una actividad creativa fundamental para toda sociedad. En lo personal es una manera de convivir con mi día a día, una forma de sobrevivir, si lo puedo decir de alguna manera, a la intensidad de mi propia existencia. Creo que la poesía en la actualidad, en la realidad mexicana, así como en la realidad social del mundo es fundamental. El mensaje poético tiene una potencia tal, que hoy lo vemos rompiendo paradigmas en las redes sociales: los mismos jóvenes desean expresarse en clave poética, porque la poética propiamente es algo que libera muchas veces los pensamientos, libera las ideas y algunas veces concede visiones. Entonces, la poesía es profundamente subversiva, la poesía cuestiona demasiadas cosas.
— ¿Cuáles fueron tus influencias? ¿Qué autores, qué libros?
— Como influencias te puedo hablar de la Teoría de las Correspondencias que tiene su base en Hermes Trismegisto, quien postula que todo orden natural y humano tiene una correspondencia con el orden espiritual y de ahí derivan el simbolismo, toda la influencia de los poetas malditos como Charles Baudelaire, Arthur Rimbaud, Paul Verlaine; autores que han marcado mi vida profundamente, puedo mencionar a un clásico del renacimiento como lo es Dante Alighieri y su obra como una poesía total que tocaba ámbitos universales: desde la ciencia, las artes, la política y la guerra, demonología, y jerarquías de ángeles. De igual manera puedo hablar de influencias italianas modernas, sólo por mencionar algunos autores, Cesare Pavese, quien escribió Il mestiere di vivere, que es un diario íntimo. Dentro de los autores mexicanos, Efraín Huerta es uno de los poetas que más llaman mi atención por la manera en que juega con la imagen poética, cómo se arriesga; para mí es uno de los poetas más arriesgados.
— ¿Qué es y cómo surgió la idea de publicar Puente Calavera?, ¿por qué compartes con otros dos poetas?
— Puente Calavera es una edición bilingüe hecha por la Editorial Morlacchi, en colaboración con la Fundación Calavera. La Morlacchi es una editorial con una presencia muy importante en Italia. Es un proyecto poético que decidí que fuera compartido con otros dos poetas, no sólo como escritor sino también como socio de la Fundación Calavera, principalmente por el deseo de impulsar a jóvenes, darles plataformas de exposición, ofrecerles experiencias de vida que siembren un destino importante en ellos. Invitamos a Jesús Vega, que es un joven poeta con mucho qué decir. E invitamos a Steffano Giaffreda, un escritor italiano que en su momento me invitó a colaborar con él en Perugia, Italia. Crear este puente era importante; es un puente no sólo generacional sino también cultural. Esta línea generacional y cultural no es precisamente una línea, sino que asemeja más a un círculo en el cual no existe un principio y un fin, todos los puntos son esenciales y equidistantes entre sí, conformando el concepto de Puente Calavera, un puente entre nosotros en un tiempo donde la intolerancia, la violencia y la degradación parecen ser lo políticamente correcto.
FUENTE: AGENCIAS, ENLACE INFORMATIVO, 29-07-18.