El diputado Ricardo Monreal Ávila, coordinador del Grupo Parlamentario de Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), aseveró que la “ayuda humanitaria de México tiene calidad de exportación”.
En un texto publicado en sus redes sociales, indicó que nuestro país “es líder en la exportación de una gran variedad de bienes y servicios: autos y autopartes, aguacate, tomate, maíz, tequila, servicios de doblaje, y muchos más. Pero también ofrece al mundo algo de primera calidad: la ayuda humanitaria”.
Dijo que “tras las inundaciones en Texas, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, declaró el pasado jueves 10 de julio que muchos países piden asesoría a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) sobre el Plan DN-III-E, y en general, sobre los protocolos de atención a emergencias.
“Señaló que México es puntero mundial en sistemas de alertamiento oportunos y protocolos de intervención previa y posterior para atender a la ciudadanía. Además, recalcó que ‘con todo gusto’ se les puede brindar ese apoyo”.
Monreal Ávila anotó que el Plan DN-III-E, “también conocido como Plan de Auxilio a la Población Civil en Casos de Desastre, es un instrumento operativo militar de la Sedena para que el Ejército y la Fuerza Aérea realicen actividades de auxilio a la población civil afectada por desastres de origen natural o humano. Fue elaborado en 1965, como Anexo E del Plan Director de Defensa Nacional No. III (de ahí el origen de su denominación), y ejecutado por primera vez en 1966 ante el desbordamiento del río Pánuco.
“El Plan DN-III-E se basa en cinco puntos básicos: 1) búsqueda y rescate de personas; 2) evacuación de comunidades en riesgo; 3) administración de albergues; 4) recomendaciones a la población; y 5) seguridad y vigilancia de las áreas afectadas.
“Además, se despliega en tres fases: “1) Prevención. Permite una preparación para reaccionar en forma oportuna y tomar acciones dirigidas a controlar el riesgo, evitar o mitigar el impacto destructivo de los desastres sobre la vida y bienes de la población, la planta productiva, los servicios públicos y el medio ambiente. En este marco, se realizan simulacros para verificar la organización de los equipos de trabajo y el estado del material para una situación de emergencia.