Gobierno estadounidense implementa control biométrico obligatorio para viajeros internacionales

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El Gobierno de Estados Unidos ha aprobado una nueva regla que obliga a todos los viajeros internacionales —incluidos inmigrantes y residentes— a tomarse una foto facial al salir del país por aire, mar o tierra. La medida, conocida como “salida biométrica”, busca reforzar la seguridad fronteriza y evitar que personas con visas vencidas permanezcan en territorio estadounidense más tiempo del permitido.

La disposición fue aprobada el 12 de septiembre de 2025 por la Oficina de Información y Asuntos Regulatorios de la Casa Blanca, y marca el inicio de la aplicación total de este sistema, que ya operaba parcialmente en 57 aeropuertos y cubría al 52 % de los viajeros internacionales.

El proceso será administrado por Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés). En los puntos de salida, una cámara tomará una imagen del rostro del viajero, que se enviará al Servicio de Verificación de Viajeros (TVS). Allí será comparada con las fotos del pasaporte, visa o documentos de entrada. Si la información coincide, se autoriza el abordaje; de lo contrario, un agente revisará los documentos de manera manual.

Las autoridades afirman que esta tecnología busca “agilizar y asegurar los viajes”, además de cumplir con las recomendaciones de la comisión que investigó los atentados del 11 de septiembre. Desde las primeras pruebas en 2016, más de 810 millones de personas han sido procesadas con este sistema.

Sin embargo, organizaciones defensoras de la privacidad y expertos en derechos digitales advierten sobre riesgos importantes. Jeramie Scott, del Centro de Información de Privacidad Electrónica, alertó que esta medida podría abrir la puerta a una vigilancia masiva. Además, los sistemas de reconocimiento facial presentan un margen de error de hasta 3 %, que afecta principalmente a mujeres y personas de piel oscura, lo que puede provocar retrasos y revisiones adicionales.

Otro punto de controversia es la duración del almacenamiento de datos. Las imágenes de ciudadanos no estadounidenses pueden guardarse hasta 14 días, pero sus datos biométricos podrían permanecer en los registros gubernamentales hasta por 75 años.

Los ciudadanos estadounidenses tienen derecho a optar por una revisión manual de sus documentos en lugar del escaneo facial, aunque defensores de los derechos civiles denuncian que esta opción no siempre se comunica de forma visible en los aeropuertos.

El sistema de salida biométrica responde a las exigencias de la Ley PATRIOTA (2001) y la Ley de Seguridad Fronteriza (2002), que establecieron la necesidad de rastrear quién entra y sale del país. Con su implementación, Estados Unidos se suma a países como Reino Unido, Canadá e Irlanda, que ya aplican controles similares, aunque con distintas regulaciones.

Mientras tanto, defensores de la privacidad exigen mayor transparencia sobre cómo se usarán y protegerán los datos recolectados, ante el temor de que aerolíneas y empresas privadas los empleen con fines comerciales o publicitarios.

La medida ya está vigente, por lo que quienes planeen viajar fuera de Estados Unidos deberán prepararse para este nuevo requisito obligatorio en los puntos de salida internacionales.

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