Columnas Políticas, Sin Rodeos

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Diego Fernández de Cevallos

Milenio Diario

Del odio y el amor, nacerá PRIMOR

Maullidos endemoniados y arañazos en el tejado no alteran los apacibles sueños de la gente del campo. Conocen el ritual obligado del gato y la gata, que así se excitan para hacer gatitos. Tal comportamiento gatuno —revolcada más, revolcada menos— es imitado por la canalla que domina la política nacional.

Simular luchas sin dar ni pedir cuartel; decir y desdecirse; recular para recibir; cambiar de partido, trinchera y chaqueta, una o veinte veces, no deshonra. La justificación es la misma: falló la institución, no yo. El tránsfuga, el que usó en su beneficio instituciones que le abrieron las puertas, es admirado por su “habilidad” para estar en el momento y lugar convenientes.

Respetado el derecho de cualquiera para entrar y salir de las instituciones, la sociedad debe repudiar a los trapecistas que (previos y grotescos devaneos) caen siempre en suaves redes…“para seguir sirviendo a la patria”.

Va un ejemplo reciente, que se halla en otras redes, las sociales, con imágenes y sonidos:

—El ahora gobernador priista con licencia apodado “Alito” gritaba valentón: “Andrés Manuel aquí en Campeche va a encontrar la horma de su zapato, y si no lo educaron en su casa aquí lo vamos a educar”; “es un parásito, es un holgazán… representa todo lo que el pueblo de México no quiere”; “yo soy muy echado pa’delante, López Obrador es una vergüenza para este país, con mucho gusto lo recibo en mi oficina y lo enseñamos, tiene mucho que aprender”.

A esas y otras lindezas el tabasqueño respondía: “Alejandro es un gran corrupto, es un reverendo ladrón…”. Pero Alito reviraba: “el único ladrón y bandido es López Obrador, es un corrupto, está documentado…”.

Pues, de pronto, días después, cuando ambos se tenían plenamente identificados todo cambió.

—Alito: “Muchas gracias —señor—, sé que con su gobierno a Campeche y a las familias campechanas les va a ir muy bien, sea usted bienvenido, está en su casa… le brindamos la mano respetuosa y amable…”

Finalmente, con el “bienvenido, señor presidente” y mil zalamerías, se fundieron ambos en tierno abrazo, cachete con cachete, amorosas sonrisas y efusivos aplausos, acompañados por las “mascotas” del Presidente: su “pueblo bueno y sabio”. Así, entre cínicos, “amor y paz”.

No hay duda, al llegar Alito a la presidencia del PRI será la verdadera T4: la primera, al nacer el Partido Nacional Revolucionario (PNR) hace 90 años; la segunda, cuando cambió a Partido de la Revolución Mexicana (PRM); la tercera, cuando se llamó Partido Revolucionario Institucional (PRI), y ahora, la de cuarta, PRI-MOR(ena).

Y mientras la depravación política continúa, parte de la población da la espalda a la realidad en espera de que el gobierno la retro-alimente. ¡Pobre México!

Pd. Creo que cuando el Presidente dijo “no se entuman”, quiso decir “no se entumezcan”.

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