Columnas Políticas, Jaque Mate

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Por Sergio Sarmiento

Sin abrir ductos

“La solución de un gobierno a un problema es usualmente tan mala como el problema”. Milton Friedman El desabasto que no es desabasto no se resolverá pronto. El presidente López Obrador no solo no está preocupado por la falta de gasolina sino que piensa que su estrategia está teniendo éxito. “Ayer, que fue un día especial, es el día en que menos gasolina se han robado, desde la expropiación petrolera… Solo se robaron 27 pipas, después de robarse más de mil”. Si la estrategia es exitosa no hay, por supuesto, razón para cambiarla. “Sería fácil abrir los ductos y decir ya se normalizó la situación -dijo ayer el mandatario-, pero eso no lo vamos a hacer. Vamos a resistir todas las presiones”. Si no se abren los ductos, sin embargo, no hay posibilidades de que se regularice el abasto. El transporte en pipas no solo es entre 10 y 15 veces más caro, sino que no tiene por mucho la capacidad para satisfacer la demanda de gasolina. El Presidente insiste, sin embargo: “Estamos en proceso de normalizar el abasto… Hay gasolina suficiente”. Jesús Cantú, jefe de información en el área de comunicación social de la Presidencia de la República, me explica lo que quiso decir el Presidente: No es que no se vayan a abrir ya los ductos. “Pemex ya tiene una estrategia, trabajando con vías alternas, toda esa distribución vía pipa y obviamente abriendo y cerrando los ductos de manera muy controlada y muy vigilada”. Sí se abrirán los ductos, pero no de manera indiscriminada. Rocío Nahle, secretaria de Energía, me señala que Pemex ha aumentado su provisión de gasolina de 118 millones de litros diarios el 20 de diciembre a 128 millones hoy. A esto hay que sumar lo que están importando los privados.

Como siempre, el Presidente descalifica a quienes cuestionan su estrategia, a quienes presentan información “alarmista, tendenciosa” porque están “a favor de este régimen corrupto que está ya a punto de acabarse”.

Nadie cuestiona, por supuesto, la necesidad de atacar el robo de combustible. Se puede cuestionar al gobierno anterior de no haber hecho nada ante un crimen que se volvió generalizado, con decenas de miles de perforaciones al año. Los sistemas Scada de Pemex permiten determinar cuándo una ordeña provoca una baja en la presión. Hay que fincar responsabilidades a quienes hayan participado en ese robo o a quienes hayan permitido que terceros lo realizaran. El cierre de los ductos puede ser una forma eficaz de reducir el robo de combustible, pero los daños a la población son demasiado elevados. ¿Cómo se puede pedir a la gente que no haga compras de pánico cuando las gasolineras cierran o tienen filas de varios kilómetros? Pero además no es la única manera de evitar el robo. Pascal Beltrán del Río describía en 2017 cómo Colombia logró reducir en 97 por ciento el robo de combustible sin dejar sin gasolina a la población. La falta de claridad en las explicaciones no ayuda a la certidumbre. El Presidente ha dicho que el cierre de los ductos generó el desabasto, pero ayer afirmó que no hay desabasto, sino compras de pánico generadas por alarmistas vinculados al viejo régimen, para luego añadir que una fuga en el ducto de Tuxpan-Azcapotzalco provocó el desabasto en la Ciudad de México. Ya no sabemos cuál es la explicación oficial. La información de los especialistas señala, sin embargo, que la razón del desabasto es el cierre de los ductos. El Presidente dice que no va a abrirlos, no por lo menos en este momento. Pero mientras no se abran los ductos, el desabasto que no es desabasto no dejará de afectar a los mexicanos.

** Migrantes

Donald Trump afirma que es necesaria la construcción de un muro en la frontera con México para reducir el crimen. Las estadísticas, sin embargo, muestran que los inmigrantes cometen un menor número de delitos que los nacidos en Estados Unidos.(Ref 8)

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