Excélsior
*I. Cuenta regresiva. La iniciativa sobre la ley secundaria de la reforma laboral presentada por Morena da libertad sindical a los trabajadores y exige cuentas a sus dirigentes. Pocos se salvan de la corrupción. Carlos Romero Deschamps, líder petrolero, cuentan, será sustituido en breve por Luis Zárate Cuevas, quien plantea una reingeniería sindical a lo que será Petromex. La sacudida llegará al magisterio y se prevé la salida de Alfonso Cepeda, heredero del sindicato comandado por Elba Esther Gordillo, y luego por la dirigencia impuesta por el exmandatario Enrique Peña Nieto. Carlos Jonguitud Carrillo estaría al frente del Sindicato de Trabajadores de la Educación, un giro trascendental. Y, en la CTM se reemplazaría a Carlos Aceves para dar paso a Ricardo Acedo Samaniego, líder del STIRT, con excelente trabajo político. Rostros limpios. Le urgía al sindicalismo nacional.
*II. Soñadores. Conforme avanza el llamado juicio del siglo en Nueva York, hacia Joaquín Guzmán Loera, y los testimonios lo acorralan, sus abogados cambian de estrategia y acudieron a la sede de la Secretaría de Relaciones Exteriores para entregar un documento donde piden se revierta la extradición de su cliente a EU por graves violaciones a sus derechos humanos. Es decir, que vuelva a México. Argumentan que el envío del capo a Nueva York fue ilegal, porque contaba con tres amparos que todavía están vigentes, además de que la carta-recepción que tiene el Gobierno de México decía que iba a ser enjuiciado en el sur de California y El Paso, Texas, no en una Corte de Brooklyn. ¿Y qué, también abrimos franquicias de su negocio, para celebrar? Olvídenlo. El canciller Marcelo Ebrard no caerá en estos jueguitos.
*III. No se aflijan. Locatarios de la Central de Abastos de León, Guanajuato, señalaron que, a raíz del desabasto de combustible, se ha dado escasez de productos y por ello ya los subieron de precio. Además, esta crisis ha generado violencia y se han reportado, al menos, tres peleas entre automovilistas, por un simple lugar en la fila para cargar gasolina, en Ecatepec, en la CDMX y en Silao, Guanajuato. Las molestias les pegan a muchos, pero también el convencimiento de que es parte de la lucha contra los huachicoleros. “El que se aflige, afloja, y nosotros no nos vamos a afligir. No vamos a dar un paso atrás”, sentenció el presidente Andrés Manuel López Obrador. La guerra contra los criminales está declarada. Los demás, aguanten.
*IV. Desilusión. Pocos lo vieron, pero en sus mítines de campaña, Jaime Rodríguez El Bronco siempre pedía una ayuda económica a sus ciudadanos y éstos, sin más, se desprendían de monedas o billetes para que siguiera en el camino a la Presidencia de México, por la vía independiente. Alegres días. Ayer, Rodríguez volvió a la polémica cuando una mujer que le solicitó ayuda para un tercero. Ésta le dijo: “Vino un señor grande, que no puede hablar y me escribió: ‘ya tengo tres años que el sector salud me prometió ese aparato’”, comentó la mujer. A lo que El Bronco contestó: “¿Y luego, por qué no lo apoyaste tú?”, “porque no tengo dinero”, respondió. “Con esa cadenita le compras esa madre”, le dijo el desagradecido gobernante. Tristes días.
*V. Las cosas bien. La lucha contra el robo de combustible tiene muchas aristas. Olga Sánchez Cordero, titular de la Segob, aseguró que tras la implementación de medidas para combatir el huachicoleo, se inició un proceso para congelar las cuentas relacionadas con este delito. Explicó que el Gobierno Federal, en coordinación con la Unidad de Inteligencia Financiera, las detectó y ya puso a disposición del MP la carpeta de investigación para indagar a quienes pudieran estar relacionados con la red de huachicoleo. Y ya cayeron los primeros saboteadores de los ductos de Pemex. Pronto, cuando el combustible baje de precio y haya suficiente para todos, esto sólo se recordará como un mal sueño. Ninguna guerra se ganó con la indiferencia.
