Columnas Políticas, En Privado

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Milenio Diario

La vida es un sorteo, 50 años y pedaleando

Reitero que la vida es una bicicleta: cuando dejas de pedalear te caes. Yo seguiré pedaleando hasta que la bici aguante. Florestán (Esto es lo que dije anoche con motivo del homenaje que me hicieron la Lotería Nacional, mi familia y mis amigos. Gracias).

Siempre recordaré el primer día que entré a la redacción de El Heraldo de México, donde inicie este camino, en la primavera de 1968. También recordaré siempre la primera vez que envié una nota para el naciente noticiero 24 Horas, de Jacobo Zabludovsky, desde Copenhague, en septiembre de 1970, con motivo de la asamblea anual del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional. Por supuesto, cuando inicié la aventura al frente de Noticieros de Canal 13, en noviembre de 1978. Cuando, por el mismo Jacobo, conocí al maestro José Pagés Llergo, y pude escribir en las páginas de la revista Siempre!, siendo el más joven de sus colaboradores. Y cuando empecé a escribir mi columna en Novedades, con don Rómulo O’Farril Jr. Cuando Gabriel Alarcón Velázquez me llevó de nuevo a El Heraldo en 1989 y en 1993 Jaime Azcárraga me fue a ver para hacer un programa en Radio Fórmula, que Rogerio colocó al mediodía, donde no había nada pues el fuerte era la mañana y creó esa barra hoy tan competida, el programa cumplirá 25 años el próximo 3 de mayo. Y cuando por Joaquín Vargas y Pedro Ferriz hice un programa de entrevistas dominicales en MVS, y cuando Félix Cortés Camarillo me llevó un recado de Emilio Azcárraga y Bernardo Gómez para reunirnos en Televisa y así, en diciembre de 1997, 20 años después regresar a Televisa, en dos meses serán ya 21 años, con un semanal periodístico Chapultepec 18, en mayo de 1998. Y cuando arrancamos, con Leopoldo Gómez, un noticiero matutino, Primero Noticias en apenas dos semanas, el 6 de septiembre de 1999, entonces no había noticieros en televisión por la mañana; y cuando Pancho González con Federico Arriola y Carlos Marín me invitaron a escribir la columna en MILENIO Diario. Y cuando el jueves 30 de marzo de 2000, tuve una conversación con Emilio Azcárraga y Bernardo Gómez que dio un vuelco a mi vida y a la de mi familia: el noticiero de la noche que empezaría al siguiente lunes, 3 de abril, años maravillosos, el final de ese ciclo después de más 15 años y el ingreso a la modernidad que ya había iniciado: Twitter, Facebook, Instagram, mi página lopezdoriga.com. Todo lo recuerdo tal y como se los he contado. La mía ha sido una vida privilegiada y siempre arropado por mi familia, a la que habría que darle un reconocimiento, yo se lo doy, por el apoyo y aguante que me ha tenido. Cuando uno hace lo que le gusta, no hay sacrificio, pero la familia es la damnificada, así que sin ustedes, todos, no estaríamos aquí esta tarde y aquí seguimos, en este ejercicio de reinsertarme a la familia que no ha sido difícil, de nuevo por su generosidad y comprensión, por su amor, aunque tampoco fácil para ellas, para ellos. Cuando hablo de privilegio, no es solo el de la vocación y la pasión, es poder ser testigo de primera mano de hechos y decisiones históricas, que no voy a recuperar, pero que llevaría de la muerte de Francisco Franco, el 20 de noviembre de 1975, a las muertes de los papas desde Paulo VI, el 6 de agosto de 1978, a la elección de Francisco, el 13 de marzo de 2013. Las guerras, de Vietnam a Irak, las tragedias naturales y políticas, los cambios en México, las crisis devastadoras, las transiciones y alternancias, y el haber podido conocer y tratar a tantas personas que, empezando por mi familia, me han hecho un mejor ser humano, Muchos están aquí esta tarde y se los agradezco.

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