Carlos Marín
Milenio Diario
El nuevo presidente de México sorprende a los científicos con recortes presupuestarios y comentarios despectivos,
La semana pasada me enteré (otra vez por Alejandro Domínguez en MILENIO Tv), que la publicación más importante de ciencia en el mundo, Science, da cuenta del problema que están enfrentando los investigadores en México a causa de los despidos, tardanza en la asignación de apoyos económicos y tijeretazos presupuestales draconianos de la 4-T.
El nuevo presidente de México sorprende a los científicos con recortes presupuestarios y comentarios despectivos, es el título del artículo que publicó la revista de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, la organización científica de mayor antigüedad y con mayor membresía en el planeta. En el texto se expone que las políticas de austeridad del gobierno, que incluyen un recorte de 30 por ciento para gasolina y material de oficina; 50 por ciento a los fondos de viajes internacionales y pagos a trabajadores, han impactado profundamente en los laboratorios e institutos financiados con recursos federales.
Science replica las quejas de científicos que han alertado que los recortes amenazan el futuro de la investigación en México, y se ocupa de decisiones tan absurdas como que el Presidente advirtió que se ocupará de aprobar personalmente los viajes de los investigadores al extranjero, inclusive cuando se trate de conferencias internacionales, tras referirse a ellas como “turismo”.
Alejandro informó que la inversión federal de este año para programas de ciencia, tecnología e innovación es la más baja desde hace ocho años: 1.6 por ciento de su gasto en el rubro, con una disminución de 0.6 puntos porcentuales con respecto a 2018 y suman 97 las instituciones que dependen de esos recursos, por ejemplo el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (y sus dependientes), el Centro de Investigación y Docencia Económicas y la Universidad Autónoma de Chapingo. El pichicateo afecta igualmente parte del presupuesto del Colegio de México, del Instituto Politécnico Nacional, la Universidad Autónoma Metropolitana y la Universidad Nacional Autónoma de México.
La organización ProCienciamx, integrada por científicos y académicos de instituciones educativas y centros públicos de investigación, difundió una carta firmada por más de 11 mil 600 afectados pidiendo revertir los recortes y despidos.
Penosa y desastrosa, esta contingencia me remite al histórico apoyo económico que brindó a la comunidad científica el presidente Bill Clinton, al grado de destinar tres mil millones de dólares a la aceleración del programa internacional que decodificó el genoma humano. Gracias a esa política, el proyecto fundado en 1990 en el Departamento de Energía y Ciencias Trapianas y los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos se coronó con éxito en 2003, dos años antes de lo planeado (la secuencia se completó en 2016).
Y es que, piensa Clinton, “sin innovación tecnológica no hay futuro…”