AMLO dice adiós a los espías
Alfonso Durazo, próximo secretario de Seguridad en la administración del virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, anunció la mutación (otra vez) del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), el órgano de inteligencia civil del Estado mexicano. En 1918, Venustiano Carranza creó su antecedente más remoto en la Secretaría de Gobernación (Segob), aunque en 1947 nació uno de los nombres más conocidos y temidos, pero bajo la tutela de la Presidencia de la República: la Dirección Federal de Seguridad. Tras varios cambios de piel, en 1985 desaparece la DFS y se funde con el brazo de inteligencia civil de la Segob. En 1989 nace el Cisen, al que se ha culpado injustamente de no alertar de sucesos como el alzamiento del EZLN el 1 de enero de 1994. La oposición —de izquierda y de derecha— siempre ha señalado que sólo se usa para espiarlos. Hoy que la izquierda toma el poder se verá si dicen adiós a los espías o sólo es otro cambio de piel.
Y nace súper Subsecretaría de Gobernación
Lo que fue, por estructura, la súper Secretaría de Gobernación, con Miguel Ángel Osorio Chong, porque se le agregaron las funciones de la Secretaría de Seguridad Pública, será desmantelada por decisión de Andrés Manuel López Obrador. Pero en el nuevo diseño se acumulan responsabilidades en lo que será una súper Subsecretaría de Gobierno o una Secretaría de Gobernación Adjunta, en la que recaería el peso operativo de llevar la agenda federal y la política interior, lo que convierte al encargado de ello en un funcionario de 24 horas por siete días a la semana, sin vacaciones ni días festivos. Ya están enterados en el Congreso que de lo primero que envíe López Obrador en septiembre serán las reformas a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, donde se plasman sus cambios en el gobierno. Y el súper subsecretario de Gobernación será Zoé Robledo.
Pánico en la burocracia
Por cierto, nos cuentan que el político tabasqueño está analizando, junto con su equipo, la migración de los empleados de muchas dependencias federales, para ofrecerles condiciones para que desempeñen su trabajo. Nos comentan que López Obrador analiza la opción de apoyarles con las escuelas para sus hijos, que tengan servicios y hasta vivienda. Aún así, hay pánico en la burocracia, nos dicen.
Guerra total por el PAN
Unos lo llaman reflexión por la derrota en las urnas tras el descalabro de Ricardo Anaya; otros dicen que se debe recuperar el partido que hundió el queretano y quienes lo siguen; también hay quienes sostienen que deben reconstruir la casa. En los hechos aquello es una guerra, advierten en las filas azules, y los expulsados trabajan ya por su reivindicación, como es el caso de Ernesto Cordero, actual presidente de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, de los llamados rebeldes, porque formaron una oposición ante Anaya. Cordero se pronuncia porque el PAN sea presidido por Roberto Gil Zuarth, ex presidente del Senado. “Estoy retirado de la política… pero lo único definitivo es la muerte”, nos comentan que ha dicho Gil. Voces panistas creen que todo tendrá que resolverse antes de la toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador.