Sus modestas ropas y el color moreno de la piel los reflejaba diferentes al resto de los estudiantes. Eran media docena de muchachas y muchachos que esperaron la salida de Ricardo Anaya del Auditorio donde dialogó con alumnos de la Universidad Iberoamericana. Eran estudiantes de Guerrero. Becarios del programa Si Quieres, Puedes, de esa universidad. Alzaron pancartas y cartulinas para protestar por la presencia de candidato presidencial del Frente. “¡Mentiroso! ¡Doble cara!”, y otras lindezas que se leían en una pancarta blanca que le pusieron enfrente. “Nos faltan 43 y nos sobran cuatro candidatos”, decía otra leyenda.
Pero eran los menos. Los más vitoreaban al joven candidato. Poco a poco la pequeña protesta quedó sofocada con los gritos de “¡Anaya, amigo, la Ibero está contigo!” o “¡Presidente! ¡Presidente!” Y no eran 132. Eran muchos más.
Salvo ese pequeño detalle y los cuestionamientos del moderador Jorge Ramos, todo salió sobre ruedas para RicardoAnaya en la Universidad Iberoamericana.
Apareció a las 9:30 de la mañana en punto a las puertas del auditorio. Muchos más chavos se quedaron fuera. El lugar era pequeño. Cabían sólo 380 personas. Los que no alcanzaron lugar lo vieron en pantallas, sentados en las escaleras.
El barullo era tal que por un momento parecía que los estudiantes estaban entregados al abanderado presidencial del Frente, pero apareció una manta aclaratoria: “¡No toda la Ibero es Anaya!”.
Nos topamos con Mónica, estudiante de comunicación.
“Son vacaciones. Muchos alumnos no vinieron. Aquí está dividido entre Meade y Anaya”, nos dijo.
Al auditorio llegó el candidato del Frente acompañado de sus aliados y de su Estado Mayor: su coordinador, Jorge Castañeda; Manuel Granados, presidente del PRD; Dante Delgado, de MC; Agustín Basave, PRD; Emilio Álvarez Icaza, Salomón Chertorivski, Fernando Rodríguez Doval, Alfredo Figueroa, Rubén Aguilar, Damián Zepeda, jefe nacional del PAN.
El acto inició con un discurso del abanderado de la coalición Al Frente Por México. No cambió mucho el contenido en relación al de su toma de protesta en el Auditorio Nacional. El mismo video. La misma filosofía de no ver los problemas del futuro con un prisma del presente.
Las preguntas, light y muy generales de los chavos. Cero cuestionamientos sobre la división en el PAN. La salida de Margarita, los ataques que le hizo AMLO, los problemas jurídicos con la famosa nave industrial en Querétaro, el bullying de AMLO, la alianza con los opuestos.
A Ricardo le preguntaron sobre los desaparecidos, los migrantes, impuestos, salarios, derechos humanos…
Hasta que tocó turno al periodista y moderador, Jorge Ramos. “Ya viene la chinga”, comentó una mujer por allí. No le faltaba razón.
Hay que reconocer que Ricardo no esquivó pregunta alguna. Aceptó un formato libre y varias veces fue aplaudido.
El último tramo fue el más difícil. “Ramos estuvo duro, muy duro”, nos comentó, ya de salida, Jorge Castañeda, coordinador de la campaña de Ricardo.
Era cierto. El moderador le cuestionó todo: la forma como se hizo de la candidatura, la salida de Margarita del PAN. Hasta del apodo de Ricky Rickyn Canayín que le endilgó Andrés Manuel López Obrador en el segundo debate.
Lo primero que hizo el conductor de Univision fue colocarlo frente a la realidad de las encuestas. “Usted está cayendo. Todo parece indicar que va a perder. ¿Qué ha fallado?”, preguntó.
-No voy a descalificar las encuestas, pero estoy convencido de que vamos a ganar —evadió.
-¿En cuál (encuesta) dice eso?
-En una medición que tenemos nosotros…
-¿La van a publicar?
-No.
-¿No va a declinar por nadie? —insistió el periodista.
-De ninguna manera… —reiteró.
A Jorge Ramos no se le fue lo de Margarita Zavala. Citó textualmente un tuit que el expresidente Calderón, su exjefe, le dedicó a Ricardo:
“Abusaste de tu poder para cancelar la democracia interna del PAN y violentar los derechos políticos de una mujer que era la más viable candidata del PAN”.
-¿Le merece una disculpa a Margarita?
-Yo no reclamo la actitud que ha tenido Felipe Calderón a lo largo de la campaña. Si mi esposa fuese candidata, probablemente haría lo mismo. Metería el cuerpo con la fuerza que yo tuviera para tratar de ayudarla.
“Segundo: se lo he dicho a Margarita de frente. Por supuesto, debo decirlo con honestidad, he actuado de buena fe. Si en algo la ofendí, le pido una disculpa”.
Ramos volvió a la carga: “Usted fue subsecretario de Promoción y Turismo en el sexenio de Felipe Calderón…”.
-¡Y eso qué! ¿Está mal? —interrumpió Ricardo.
Ramos: “En un sexenio donde hubo 104 mil 89 muertos, no recuerdo que usted haya salido a decir ‘eso que está haciendo el Presidente, que es mi jefe, está mal’. No lo veo como antisistema.
“Usted pactó las reformas con el presidente Peña Nieto. Hay fotografías de usted aplaudiéndole…”.
Ricardo: “No son reformas de él, son reformas de México”.
Y por allí se fue toda la entrevista…
A Jorge Ramos lo cuestionamos cuando se retiraba de la Ibero. Le recordamos que José Antonio Meade puso en duda su neutralidad como moderador y argumentó que no iría a esa universidad porque era una “emboscada”.
-¿Qué mensaje le mandarías a Meade? —le preguntamos.
-Que dé la cara, que no tenga miedo. ¿Cómo nos quieren gobernar y no dan la cara? Eso es impensable. Me ha tocado cubrir montones de elecciones en todos los países. Los candidatos que quieren ganar dan la cara. Si no dan la cara, no van a ganar.
“En el caso de Meade, de Anaya, de El Bronco, si no hacen nada radical, no van a ganar, y ninguno está haciendo nada radical”.