Marín, Alemán, Cortés, Ramos Padilla…
Confieso que me precipité al ponerle un “moño negro” a la libertad de expresión, al comentar ayer en Twitter la sorpresiva salida de Carlos Marín de la dirección de Milenio y de Carlos Ramos Padilla de su programa en ABC Radio.
No tengo elementos para deducir que la separación de los dos periodistas tiene que ver con presiones de AMLO o con un intento de sus medios para congraciarse con el nuevo gobierno, como sugiere el analista Raúl Trejo Delarbre.
De lo que no tengo duda es de que no es el mejor momento para remover a dos comunicadores que han sido críticos del tabasqueño.
La separación ha dado lugar a sospechas de que van a rodar más cabezas de líderes de opinión que no son afines al virtual presidente electo.
Pero también a rumores de que volveremos a los viejos tiempos del PRI, en los que estaban vetadas las críticas al Presidente, al Ejército y a la Iglesia católica.
Marín y Ramos Padilla ya fueron colocados, por detractores de AMLO, en el altar de los sacrificios de la libre expresión, junto con otros colegas recién corridos de sus medios: Ricardo Alemán, de Milenio, y Rubén Cortés, de La Razón.
A Marín le tengo gran respeto por el gran reportero que nunca ha dejado de ser. Tuve serias diferencias con él que ya fueron superadas. Es pertinente aclarar que Carlos no deja la empresa. Mantiene sus espacios en Milenio Diario y en Milenio Televisión.
Andrés Manuel ha repetido hasta el cansancio que es un apóstol de la libertad de expresión y que respeta a sus críticos.
¿Lo es? Muy pronto lo sabremos.
No habrá “borrón y cuenta nueva” para los deudores de la CFE en todo el país. El beneficio es sólo para Tabasco, la tierra natal de Andrés Manuel López Obrador.
El virtual presidente electo lo aclaró ayer en la conferencia de prensa que ofreció en sus oficinas de la calle de Chihuahua, colonia Roma.
Fue un compromiso que asumió con los tabasqueños en campaña y lo reiteró en declaraciones que hizo en la última gira a Palenque, Chiapas.
La aclaración era obligada. Algunos medios interpretaron que el “borrón y cuenta nueva” en el pago de sus recibos de luz beneficiaría a los deudores de todo el país.
Error. Sólo es para los que han estado en “resistencia civil” contra la CFE en Tabasco. No parece justo ni equitativo para otras entidades que, por sus condiciones climáticas, pagan recibos de luz muy caros. Habrá reclamos. Ya lo verá.
A la CFE, que opera con millonarias pérdidas, le deben alrededor de 43 mil millones de pesos.
No hay marcha atrás. Manuel Bartlett será el director de la CFE, le guste o no a su excoordinadora de campaña e integrante del equipo de transición, Tatiana Clouthier, a sus detractores en Morena o a los que lo acusan de “la caída del sistema” en las elecciones del 88 que llevaron a Los Pinos a Carlos Salinas de Gortari.
AMLO explicó que quiere al experimentado poblano allí para que haya “orden” en esa empresa. “Tenemos la obligación de acabar con la corrupción”, dijo ayer el virtual presidente electo en conferencia de prensa celebrada en la casa en la que despacha en la colonia Roma.
La CFE, según el tabasqueño, ocupa el segundo lugar en el “podio” de la corrupción establecido por Andrés. La medalla de oro se la dio a Pemex y la de bronce a la SCT.
Respeta, eso sí, la opinión de Tatiana, pero no comparte su punto de vista.
El aumento de la violencia será uno de los principales desafíos de Andrés Manuel López Obrador. Basta con una mirada a los últimos datos publicados por el Inegi.
En 2017 se registraron 31.174 homicidios, el año más violento desde que se llevan estadísticas. Refleja un aumento interanual del 26.9%, con un registro de 24 homicidios por cada 100 mil habitantes.
Hay, pues, un marcado deterioro de las condiciones de seguridad con la violencia, que no da tregua en todo el país.
Las entidades con mayor número de homicidios son el Estado de México, Guerrero, Guanajuato, Chihuahua y Baja California.
Para julio de 2018 se habían registrado 13 mil 738 homicidios en el territorio nacional.
Expertos en seguridad advierten que es poco probable que las condiciones mejoren. La administración entrante no cuenta con una estrategia integral para abordar el problema.
López Obrador ha hablado de estrategias innovadoras que incluyen políticas sociales, un posible programa de amnistía e incluso algún nivel de legalización de las drogas. Pero eso no basta.
El primer acto al que asistirá una vez que lo declaren presidente electo será asistir a un foro sobre seguridad que se llevará a cabo en Ciudad Juárez, Chihuahua.
El foro tiene como propósito consultar a ciudadanos, asociaciones, religiosos, especialistas, expertos en materia de seguridad pública, “para conseguir la paz en el país”.