Arsenal de Francisco Garfías

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De la cárcel a los salones de un hotel cinco estrellas
Elba Esther llegó vestida de negro para esa ocasión especial. Era su primer mensaje público después de casi 5 años y medio de encierro. Se veía recuperada. Su físico no reflejaba las múltiples enfermedades que sus médicos le atribuyen.
No tenía la apariencia de una mujer que acaba de salir de prisión y quiere ya retirarse de la política. Más bien se mostró ambiciosa y decidida a recuperar el poder que alguna vez tuvo.
Entró puntual al Salón Castillo del Hotel Presidente para una conferencia de prensa que terminó en mitin.
Dice que cambió, que no es la misma. Veremos. Se declaró víctima de una “persecución política”, de un “injusto acoso” por algo que, jura, no cometió.
La pusieron tras las rejas por el supuesto desvío de más de dos mil millones de pesos del SNTE, cuando era la presidenta vitalicia. ¿Los cargos? Lavado de dinero y delincuencia organizada. “¡Soy inocente!”, clamó. Y alzó los brazos para mostrar a las cámaras la orden de absolución del juez.
La maestra, sin embargo, no aclaró el origen de la fortuna que le permite vivir en la opulencia, siendo una líder sindical, hija de una maestra rural de Chiapas.
El mensaje de Elba incluyó una frase clave: “Quedé libre y la Reforma Educativa se derrumbó”.
AL buen entendedor… Parece convencida de que, al final, ella ganó la partida al régimen que la encarceló.
Victoria pírrica. Imposible recuperar esos casi 5 años y medio que pasó encerrada. Estuvo en la cárcel, en hospitales y hasta en prisión domiciliaria, pero sin libertad.
Sobre lo que considera una traición de la cúpula sindical actual, que encabeza Juan Díaz, dijo una frase que tuvo efecto inmediato: “Los que debían defendernos, no lo hicieron…”.
“¡Fuera! ¡Fuera! ¡Fuera!”, gritaron maestros presentes con la fuerza que emana de la inconformidad y el enojo contenido más de un lustro.
Elba Esther no dejó tampoco dudas. Quiere participar en la construcción del sistema educativo de AMLO, luego de que quede cancelada la polémica Reforma Educativa de EPN, “que ya se derrumbó”.
No respondió preguntas, pero sí provocó arengas de los maestros que, literalmente, tomaron por asalto el salón. Muchos periodistas se quedaron fuera por falta de espacio. Lograron entrar, ya avanzado el mensaje, al grito de: ¡Prensa! ¡Prensa!
La maestra habló 12 minutos y desapareció por la misma puerta por la que había entrado. En ese momento se escucharon gritos de ¡Elba! ¡Elba!
Su esperado mensaje fue la nota del día. Por encima, incluso, del inédito cónclave entre los gabinetes, entrante y saliente, celebrado en Palacio Nacional en presencia de Peña y López Obrador.
• En los pasillos nos encontramos al profesor Rafael Ochoa, incondicional de la maestra, exdirigente del SNTE, colaborador en la campaña de AMLO.
Le preguntamos sobre el futuro del sindicato de maestros. ¿La maestra piensa regresar?
“Legalmente, no hay ningún impedimento para que regrese a la presidencia vitalicia del SNTE. Está como el día antes que la metieran en la cárcel. Pero no sabemos qué vaya a hacer”, respondió.
Hizo una pausa de fracción de segundos y dejó escapar su reflexión: “Si yo fuera ella, regresaría por lo menos una semana para ajustar cuentas con dos o tres, y luego me iba a descansar”.
No hay duda de que entre esos dos, “dos o tres”, está Juan Díaz, actual dirigente del Sindicato de Maestros, quien se la jugó al 100 por José Antonio Meade en la pasada campaña.
• Otro que andaba por allí es el tabasqueño José Ramón Díaz Uribe, secretario general de la Federación Nacional de Sindicatos de los Colegios de Bachilleres. La agrupación cuenta, asegura, con 65 mil agremiados.
A Díaz Uribe también lo metieron al bote el mismo día que a Gordillo y por los mismos cargos. Sólo que él salió el 8 de septiembre del año pasado.
Durante ese lapso tuvo que convivir con mafiosos, narcos, homicidas y ladrones en una cárcel de Villa Hermosa. También clama su inocencia. “Me libraron orden de aprehensión por oponerme a los proyectos del régimen”, nos dijo.
La citada federación, no afiliada al SNTE, entró en pláticas con Elba Esther para construir una alianza educativa “a fin de beneficiar a los jóvenes y a los trabajadores”.
Díaz Uribe es también de la idea que la maestra debe ser restituida en la presidencia vitalicia del SNTE.
• ¿Qué mosca le picó a Alfonso Romo? Se preguntan, molestos, los morenos de Jalisco. Resulta que el futuro jefe de la oficina de la Presidencia de AMLO invitó a Enrique Alfaro, gobernador electo de ese estado, a una reunión con empresarios locales, el próximo 23 de agosto. La bronca es que ignoró olímpicamente a Carlos Lomelí, jefe político de Jalisco —perdón, coordinador estatal o lo que sea— designado por el Presidente electo.
Romo ni siquiera lo convocó a ese encuentro
Lomelí fue candidato a gobernador por Morena. Subió la votación de este partido de 2 a 26 por ciento, nos dicen los inconformes. Alfaro ha sido calificado por AMLO hasta de “traidorzuelo”.
Otro invitado especial de Romo es el también emecista Pablo Lemus, alcalde reelecto de Zapopan. Ese ayuntamiento no pudo solventar “observaciones” en la cuenta pública y está obligado a reponer mil 290 millones de pesos al erario.
• El PRD se le olvidó que en política la forma es fondo. Su nuevo coordinador en la Cámara de Diputados es el potosino Ricardo Gallardo Carmona, quien estuvo en la cárcel por supuestos vínculos con el crimen organizado.
El exalcalde de Soledad, quien ocupa la curul por la vía plurinominal, es señalado también por enriquecimiento ilícito.
¿Serán esos los requisitos que ahora pide el PRD para ocupar posiciones destacadas?
El amarillo está en el cascarón. Pero a sus dueños no parece importarles mucho su futuro, sino el de ellos.
¡Ni cómo ayudarlos!

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