El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, informó que México y Estados Unidos han alcanzado un avance del 90 por ciento en las negociaciones arancelarias previas a la revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que se llevará a cabo en 2026.
De acuerdo con el funcionario, los equipos técnicos de ambos países han sostenido reuniones constantes durante los últimos meses para resolver los principales temas pendientes en materia de comercio agrícola, reglas de origen y mecanismos de solución de controversias.
El objetivo, dijo, es que el bloque de América del Norte llegue a la revisión con una agenda consensuada que preserve su competitividad frente a otras regiones del mundo.
Ebrard, en su comparecencia ante diputados federales, explicó que uno de los puntos más sensibles ha sido la discusión en torno al sector automotriz, donde México busca garantizar que las reglas de origen sigan permitiendo una integración productiva equilibrada, sin afectar la participación de proveedores nacionales.
En ese sentido, destacó que el diálogo con Washington ha sido “constante, franco y constructivo”, y que existe disposición mutua para mantener el libre comercio dentro del marco del tratado.
El secretario añadió que también se ha avanzado en temas agrícolas, donde México ha insistido en la eliminación de prácticas proteccionistas que afectan a los productores nacionales, así como en la modernización de los procedimientos aduaneros para agilizar el comercio fronterizo.
En cuanto a los compromisos laborales y medioambientales, Ebrard reconoció que aún existen diferencias, pero aseguró que ambos gobiernos comparten el interés de fortalecer la cooperación en estos ámbitos sin imponer condiciones unilaterales. Señaló que se están afinando mecanismos para garantizar que las empresas cumplan con los estándares acordados, sin que ello implique obstaculizar la inversión o el empleo.
E informó que el gobierno mexicano mantiene comunicación permanente con Canadá para asegurar una postura trilateral sólida. Subrayó que el propósito de México es preservar la estabilidad económica y aprovechar el proceso de revisión del T-MEC como una oportunidad para impulsar nuevas cadenas de valor, atraer inversión extranjera y consolidar su papel estratégico en la región.